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El Zancarru, también llamado "Pachu'l Péritu": barbero, iluminado y bablista

En sus peluquerías ofrecía clases de latín, griego y guitarra, refutaba a Einstein y ponía carteles de reproche "a quien no supiera matemáticas"

Pachu l'Péritu.

Dos cosas hay en el mundo

que causan admiración,

el Zancarrón de Mahoma

y el Zancarru de Gijón.

Su nombre real era el de Francisco González Prieto, pero este fígaro (que fue líder en Gijón de la Sociedad de Oficiales de Peluquería y Barbería), era además poeta, músico, filósofo y dramaturgo. Hombre de vasta cultura, bajo de estatura, con pelo enmarañado, y que fomentaba una imagen de heterodoxia, Francisco González Prieto era conocido tanto por "el Zancarru" como por "Pachu'l Péritu" ("Péritu" como esdrújula), pero también firmaba como "Rufino Argüelles". De él, de su figura de mítico de Gijón, se ocuparon firmas como las de Paco Ignacio Taibo y Luciano Castañón, y las de tres cronistas oficiales de Gijón Joaquín Alonso Bonet, Fabriciano González "Fabricio" y Patricio Adúriz.

Aquí damos un bosquejo de la vida y obra de este gijonés nacido el 8 de septiembre de 1859 y fallecido casi octogenario unos dicen en un asilo de Pola de Siero en el año 1937, y otros en una cuneta del camino hacia la Pola. Raro, excéntrico, rapabarbas, y un intelectual era el Zancarru, y en el diccionario vemos que "Zancarrón" es, entre otras cosas, "hombre viejo, flaco, feo y desaseado", y también "profesor poco versado en la materia que explica".

Fue el dueño de la peluquería La Bella Luna, en la calle de Menéndez Valdés, y luego de otra que llamó "El Fígaro" ("el liberalismo empieza en las barberías", escribió alguna vez Juan Cueto) en el paseo de Begoña, muy cerca del final de la Cuesta de Begoña.

En sus peluquerías se mezclaban anuncios como "Se hacen añadidos y bisoñés" con otros del tipo "Nadie entre que no sepa matemáticas" o "Se dan clases de latín, griego y guitarra", clases que él mismo impartía. Fue autor de obras como "Mis descubrimientos astronómicos", "Arte de tañer vihuelas, guitarras y bandurrias", "La vida asturiana en cien sonetos", muchos poemas en asturiano y bastantes obras de teatro estrenadas tanto en el teatro Jovellanos como en el Dindurra. Fue profesor de música, escribió sobre Jovellanos, disertó sobre Einstein refutando sus teorías, sobre Sigmund Freud también, y sobre "si la luz pesa o no pesa". Escribió sobre eclipses, sobre la historia de Gijón, sobre astronomía? Uno de sus libritos fue "La crónica de Gijón" (1904) donde relaciona hechos de la historia de Gijón desde la prehistoria "cuando Gixán, bisnieto de Tubal que a su vez fue nieto de Noé, fundó Gixa que luego sería Gijón" hasta 1899 cuando se inaugura el Mercado del Sur.

Escribió sobre infinidad de temas, tanto en castellano como en asturiano. Fundó semanarios como "Ixuxú", colaboró con revistas gijonesas como fue "El Porvenir Asturiano", y fue bibliotecario de la Academia Asturiana de las Artes y las Letras. Barbero de raro ingenio, un iluminado para no pocos.

Francisco González Prieto estudió en la escuela de Santa Doradía hasta los trece años pero a partir de ahí, a trabajar. En una imprenta primero, y luego ya toda la vida en las barberías de su propiedad, "La Bella Luna" la primera inaugurada en 1877. Pero es que las barberías dan para mucho, sobre todo cultivando amistades y conversaciones con Ataúlfo Friera, Juan Orbón, Nicolás Pola, con el cronista Fabricio, con Antonio Balbín y Unquera, con Pachín de Melás y con toda la flor y nata de la intelectualidad local de finales del siglo antepasado y comienzos del pasado.

Leyendo y estudiando en sus horas libres, entre corte y corte, pero con esos personajes sentados a su disposición fue para él como un título universitario, o como dos. Por ejemplo Fabricio prologó su libro "El cuintu la xana" editado el año 1895, pero lo hizo el cronista con el seudónimo de Miranda.

Calixto Rato le escribió un poema que empieza así:

Oh, Zancarru tus locuras

fueron la burla y solaz

de mentecatos y curas.

Mas ninguno fue capaz

de escribir tus aventuras.

Siento que de tanto zote

a quienes tu divertiste

ni solo un ingenio brote.

Pues es la verdad que fuiste

más quijote que el Quijote.

Además Fabriciano González "Fabricio" le dedicó un soneto en su libro "Muncha güeyu con la xente de casa" (1925), donde lo llama conservador. Cosa que era cierta porque el Zancarru era muy enemigo de Melquiades Álvarez entonces republicano; pero aclaremos respecto al poema que en asturiano "vacida" que dice el soneto en el quinto verso significa lo contrario de lo que parece, "llena". Llena de cultura tenía la cabeza Pachu'l Péritu.

Francisco González Prieto

(Pachu'l Péritu)

Güesudu, avirgorniau, de

bona xera

en tá lu adoben y que nun

s'enfada,

pos si ruca amoscau la

quixada

flores Picio y Caín son

a su vera.

Tien vacida d´afechu la sesera

llepe co la de Pachu

comparara,

pos los llibros que lleva una

tenada

metió illí d´un golpe na

mollera.

Ye chapáu y a so modu

rellixiosu,

y defende soi idea tan

fosqueru

que'el que nun diga amén

ye heterodosu

y a Melquiades unviara

al quemaderu

si, alberices al Todopoderosu,

ñaciera inquisidor y non

barberu.

En las memorias del médico Carlos Martínez, médico nacido en Ambás y exilado tras la Guerra Civil, "Al final del sendero", leemos que "los que conocieron a Pachu'l Péritu, conocido también por el mote chabacano del Zancarru que no le cuadraba en absoluto, lo describen como una persona culta, que escribía muy bien, que sabía latín, y que fue por su ingenuidad presa fácil de torpes bromistas".

En el Registro Civil de Nacimientos del Concejo de Gijón que se conserva en el Archivo Municipal vemos que nuestro mítico de hoy nació en Gijón el 8 de noviembre de 1859 a las cuatro de la mañana, que le pusieron los nombres de Francisco Antonio, que sus padres fueron Francisco González y María Dolores Prieto y que vivían en la calle La Matriz 45, luego calle de Menéndez Valdés, donde "La Bella Luna".

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