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Bachilleres con todas las de la ley

Alumnos de Filosofía del San Eutiquio acuden a un juicio para ahondar en una unidad didáctica sobre justicia y legalidad

Los estudiantes toman apuntes en los pasillos del Juzgado. LNE

Libreta, bolígrafo y al juzgado. Los alumnos de primero de bachillerato del Centro de Educación Secundaria "San Eutiquio-La Salle" de Gijón tuvieron ayer un día lectivo fuera de lo normal de la mano de un profesor de filosofía muy poco corriente. Eduardo Infante, educador del centro, acudió junto a una treintena de sus alumnos al Palacio de Justicia de Asturias, con sede en Gijón, para ahondar en la unidad temática que están tratando en las aulas, sobre la legalidad y la justicia.

Los jóvenes, elegidos tras una competición en la que tenían que pegar por toda la ciudad post-it con frases filosóficas, tuvieron la oportunidad de vivir desde dentro un juicio real, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 3. Una forma más interesante y a pie de campo de estudiar cuestiones como las bases de una correcta argumentación, la diferencia entre justicia y legalidad o cuáles son los retos fundamentales de la justicia.

"Fue una experiencia muy buena, ver cómo funciona todo el proceso desde dentro, cómo se llevan los casos paso a paso", manifestó Joel Martínez, uno de los estudiantes. "La verdad es que me lo esperaba todo de otra manera", reconoce, "en las películas lo pintan todo de otra forma, en la vida real es distinto", resaltando que lo que le llamó más la atención fue "el juramento de decir la verdad que hacen los testigos antes de declarar y la forma en la que les tratan los abogados".

Para Daniel Blanco, otro de los bachilleres, la experiencia de ayer fue "muy gratificante", ya que tuvo la oportunidad de aprender de primera mano multitud de términos jurídicos, así como la importancia de la oratoria: "Es muy importante argumentar bien para poder demostrar o no las cosas". Para Blanco, "mereció la pena todo el trabajo que hicimos para poder estar aquí. Es un placer tener a Eduardo como profesor".

Con él coincide Diego Rellán, quien aseguró que Infante "siempre está intentando hacer cosas diferentes e innovar". A Rellán, le llamó la atención cómo "todos los testigos juran decir la verdad, pero alguno tuvo que mentir, si no es imposible", reflexionó, "hay que mostrar mucha atención para ver cuándo los testigos se contradicen". El alumno cree que el trabajo de los jueces es "bastante complicado. A mí me sentaría mal meter a alguien en un lugar como la cárcel, aún cuando sepa que es culpable", arguyó.

"Repetiría todas las veces que haga falta", enfatizó Andrés Martínez, "es una oportunidad increíble poder venira ver un juicio". Para Martínez, la de ayer fue una vista "divertida" -versaba sobre el supuesto robo de un instrumento musical- y quiso poner en valor que "la jueza era muy agradable y nos explicó todas las dudas que teníamos" en un encuentro posterior.

Unas cuestiones que fueron desde el porqué de la diferencia entre las togas de jueces y abogados a la diferencia entre la justicia de Estados Unidos y la de España; o cómo corroboraban que una prueba es real o falsa o si es difícil juzgar y condenar por leyes que ellos consideren injustas.

Se trató de una masterclass sobre legalidad y justicia en la que los alumnos sacaron muchas enseñanzas, sobre todo, "la importancia de saber expresarse bien, argumentar con corrección y no perder las formas".

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