La autorización establece mediciones de emisión de benceno, trimestrales en las cámaras de calentamiento de las baterías, y semestrales en las calderas de vapor. El Principado también obligará a Arcelor a instalar medidores de benceno (y otros compuestos orgánicos) en las estaciones de medición de contaminación que la empresa tiene en Monteana y en Tremañes, así como en una nueva estación de medición al noroeste de la factoría, donde además de benceno se medirán partículas PM 10 y PM 2,5, ozono, óxidos de azufre y de nitrógeno y ácido sulfhídrico.

La empresa estará obligada a emplazar junto a las nuevas baterías una estación de control que registre la dirección y velocidad del viento, así como otros parámetros meteorológicos relevantes para la dispersión de contaminantes, como el grado de humedad del aire y la presión atmosférica.

Las baterías de coque producirán 1,1 millones de toneladas al año, con un consumo de carbón de 1.385.000 toneladas (harán falta 1,26 toneladas de carbón para producir una de coque) en un proceso que generará 497,66 millones de metros cúbicos de gas pobre al año que se usará como combustible en instalaciones de la factoría; 42.048 toneladas al año de alquitrán; 3.416 toneladas al año de azufre y 876 toneladas al año de naftalina. Para dar la producción anual prevista, las baterías de coque consumirán al año 613,2 millones de metros cúbicos de gas de los hornos altos y 109,5 millones de metros cúbicos del propio gas generado en las baterías.