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La Navidad de Fueyo

El pregonero de los Belenistas lamenta el "papanatismo" de encumbrar a Papá Noel

Fernando Fueyo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Fernando Fueyo, párroco de San Nicolás de Bari fue el encargado de decir el pregón de esta Navidad, en una fiesta organizada por la Asociación Belenista de Gijón en la iglesia de San Pedro ante el magnífico Belén. El acontecimiento se inició con un recital de la soprano Susana Gudín que cantó cinco piezas líricas y fue muy aplaudida por su bella voz, potente y expresiva. Dijo Fueyo al comienzo que iba a ser más modesto que su predecesor, Tino Bada, y que lo suyo sería del género de las batallitas del abuelo. Hizo mención al grupo de "Les Luthieres" al decir que estaban sorprendidos porque el jurado los premió, y si lo ha hecho ¿quiénes somos nosotros para oponernos? Él lo mismo.

"En casa, frente a la escalera 3 de la playa, siempre se puso un belén, mi padre era un manitas y los hermanos fuimos entendiendo de qué iba la fiesta", declaró. Hizo memoria de sus Navidades en Comillas, donde tanto en el Seminario como en la Universidad en Navidades no había vacaciones, y los jesuitas se las arreglaban para que no tuvieran morriña. Celebraban la misa de gallo y cantaban villancicos ante un belén monumental, el único nacimiento para los mil alumnos. En la Felguera, su primer destino como sacerdote, vivía en una casa de siete pisos, con el casino en el primero, y "cuando bajábamos a decir la misa de las siete de la mañana, cruzábamos a los que venían de bailar." Y se fue a Burundi. "La Navidad allí no tenía especial relieve, celebraban con fervor la Pascua de Resurrección. En Navidad se ponía el misterio, con una Virgen negra, un tutsi hacía de San José, el buey era una vaca de largos cuernos, y no había asnos, sólo los hay en sentido figurado, como aquí. Y tampoco caballos. Sí había belenes con figuras de ébano elaboradas con maestría por los nativos. Un año nos visitó don Gabino Díaz Merchán, coincidiendo con el asesinato de Carrero Blanco", contó. De vuelta en España se dio cuenta de que la Navidad la habían cambiado. El gordo Papa Noel lo inundaba: "somos unos papanatas aldeanos al recibir costumbres y ritos de fuera, especialmente made in USA. Ahora en las parroquias nos estamos esforzando por devolver a la Navidad su auténtico sentido. En la mía se sigue celebrando la misa de gallo, con abundante participación." Y al estilo de "Les Luthiers", dijo que iba a hacer un juego de palabras. En "Navidad, dad. Dad alegría al triste, pan al que pasa hambre, trabajo al que no lo tiene, vestido al desnudo, esperanza al desilusionado. Dad, dad, dad? Demos entrada en nuestra vida al Señor que viene a salvarnos", concluyó Fueyo.

El acontecimiento se cerró con un concierto de villancicos del Coro de San Pedro.

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