Se subió a un taxi y luego, en el trayecto, comenzó a insultar y amenazar al taxista al tiempo que lanzaba golpes al vehículo. Ante esta actitud, el conductor le obligó a apearse del coche y le exigió el pago de la carrera, algo a lo que se negó el implicado, de 30 años.

La Policía puso orden en el conflicto y se llevó al sospechoso a Comisaría, que estaba indocumentado, para identificarle. Ahí comenzó un nuevo problema puesto que, tras realizar este trámite, el acusado se negó a abandonar las dependencias policiales, comenzó a provocar daños en las instalaciones y hasta se enfrentó a los agentes que tuvieron que detenerle por un delito de atentado contra agente de la autoridad.