La noticia de la muerte corrió pronto por la ciudad donde era tan conocido por su vida dedicada a las cosas de Gijón. Colaborador de este periódico en muchas ocasiones, don José Manuel Lorenzo Fernández puso de manifiesto desde estas columnas su amor a la ciudad y un acervo de conocimientos y anécdotas relacionadas con Gijón.
De Fernández del Humedal, que ese era su seudónimo, llegaron siempre oportunas puntualizaciones y notables sugerencias y recordatorios sobre los más variados aspectos de la historia entrañable de la ciudad que él mimaba en sus recuerdos de gijonés de primera fila. Empleado del Ayuntamiento durante muchos años, industrial después, nos interesa mucho más en estas líneas de humilde reconocimiento a su paso por la vida, la faceta que constituyó para él su primera preocupación: el amar a Gijón, a su pasado, a esa historia de suma de curiosidades que él sabía conservar frescas y exactas, a su inquietud por todo lo que fuese engrandecimiento de la villa. Puede decirse que ayer perdió Gijón un pequeño cronista de su mayor intimidad.
Diario "El Comercio", 14 de abril de 1962
