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Cabueñes cierra el año con 1.567 partos, 700 menos de los que atendía hace una década

La reforma del Hospital prevé cambios en las unidades de Ostetricia para dar más opciones a las madres en la forma de parir

Cabueñes cierra el año con 1.567 partos, 700 menos de los que atendía hace una década Marcos León

El Hospital de Cabueñes cerró el año con una cifra de 1.567 partos atendidos en su área de Obstetricia. Poco más de cuatro al día, de media, en el hospital gijonés que es el único de la red pública donde las parturientas pueden dar a luz en el área V. La cifra sigue sin mostrar indicios de recuperación cuando se cumple una década de caída. Fue en 2008 el año de los registros más importantes, con 2.356 partos que supusieron el nacimiento de 2.378 bebés.

Diez años después son 789 los partos perdidos, algo más del treinta por ciento de los nacimientos que se producían en ese momento álgido, y deja la situación en cifras que se aproximan a las de principios de los años noventa del siglo pasado, y bastante estancada respecto al pasado año. Cuando se llevaban seis meses del 2017 ya se veía que la actividad en los paritorios andaba pareja al 2016, aunque nuevamente a la baja, con 727 partos atendidos entre enero y junio de 2016 y 711 (dieciséis menos) atendidos en las mismas fechas del año siguiente.

Así las cosas, en la planificación de necesidades funcionales que se perfila en el proyecto del futuro Hospital de Cabueñes ampliado y reformado, para el área de Obstetricia se plantean muchas novedades que tienen más que ver con la estrategia actual de atención a las embarazadas, los recién nacidos y sus familias, que con que los espacios se hayan quedado pequeños.

En el plan funcional diseñado para la obra se contempla que los dos paritorios funcionantes y las seis salas de dilatación sean reformados para configurar lo que se conoce como Unidades de Trabajo de Parto y Recuperación (seis habitaciones) "que es una alternativa a la forma clásica de estructurar el proceso del parto", según el informe de trabajo, y que ya no separará en lugares diferentes el momento de dilatación, del parto y la recuperación. El diseño de la unidad será en base a "habitaciones individuales diseñadas como dormitorios domésticos, con mobiliario acogedor y decoración adecuada al ambiente". Se plantea la incorporación de "camas de partos que faciliten la posición más cómoda que prefiera cada parturienta, desde la posición horizontal a la de un sillón obstétrico apto para el parto vertical con el respaldo a 90 grados". Y se intentará que sean espacios "amplios, equipados con aseo con lavabo, inodoro, bidé y ducha para que la mujer de parto pueda beneficiarse del calmante del agua caliente durante la dilatación". También espacios que favorezcan que la mujer permanezca las dos primeras horas tras el nacimiento del bebé en contacto piel con piel con el recién nacido, acompañada según sus deseos. Por lo que respecta a la habitación en planta, la indicación que se da en el plan funcional de la obra es que "debe disponer de cuna junto a la cama de la madre, facilitando el alojamiento conjunto e ininterrumpido".

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