Gijón despidió ayer a Erundina Fernández López-Bataller como a ella más le hubiera gustado: a golpe de gaita y tambor. Tras una vida dedicada al baile regional asturiano y en general al folclore, del que se convirtió con el paso de los años en "una referencia", Erundina Fernández fallecía el pasado día 7, a los 88 años de edad. Fueron muchos los alumnos a los que, durante más de sesenta años, Fernández dio clase, de ahí que tras conocerse su fallecimiento se sucedieran los testimonios de pésame y gratitud por su labor. Pasó por el grupo Torrecerredo, por colegios como el Santo Ángel y el Liceo, tuvo academia y estuvo siempre vinculada al grupo de Coros y Danzas Jovellanos, además de formar en el baile a muchos emigrantes a través de los centros asturianos, principalmente de Sudamérica. En la mañana de ayer fue despedida en la gijonesa iglesia de San Lorenzo, acompañada de sus familiares y amigos, tras lo que recibió cristiana sepultura en el cementerio de Ceares.