Es pragmático, cortés y se muestra muy seguro de sí mismo. Entusiasmado con sus trabajos, que proyecta en la ayuda a los demás, de tal modo que es feliz. David Calvo se expresa con rigor, no deja nada suelto que pueda dar origen a la frivolidad; todo es trascendente. Puede que su afán de perfección le haga resultar un poco frío.
- Defínase, por favor.
-Nací en Gijón (1975), de padres zamoranos que casualmente se conocieron en Gijón. Tengo dos hermanos; yo estoy en el medio. Fui tímido, pero lo he trabajado y ahora soy extrovertido y sociable. Trabajador y muy disciplinado, ordenado y flexible. Estoy soltero y no tengo pareja.
- ¿Cómo fue su infancia?
-Muy feliz, en familia y siempre en Gijón, pero con viajes a Zamora puntuales. Desde que era muy pequeño quise ser médico, aunque no había ninguno en la familia. Me gustaba ayudar y sanar.
- ¿Ha sido buen estudiante?
-Sí, siempre. Obtuve premio fin de carrera. Hice el Bachillerato en el Instituto Jovellanos, en la primera edición del Bachillerato Internacional. El inglés en medicina es imprescindible.
- ¿Qué tiene que ver la medicina con la empresa de líderes?
-Nada. Salvo que estamos para ayudar a la gente. Soy médico, y soy propietario de la marca Escuela Europea de Líderes Asturias, una empresa dedicada a formar en coaching, donde ponemos en práctica una serie de disciplinas que ayudan a las personas que desean progresar en diferentes escenarios.
- ¿Además es usted profesor universitario?
-Soy profesor asociado del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo.
- Total, que mete usted siete trenes por una vía?
-Sí, he tenido que mejorar mis competencias para gestionar mi tiempo. Si antes mi tiempo era bastante eficiente, ahora lo intento mejorar más, para conseguir vida personal y social, que es más rica gracias a las herramientas del coaching.
- ¿Su coaching está dirigido en exclusiva a los enfermos de cáncer y sus familias?
-No, el coaching como genialidad es una forma de acompañamiento, en que el coach ayuda a otra persona a conseguir sus objetivos en lo que sea. Mi equipo lo he llevado al terreno de la salud. Conozco a muchos enfermos que han sufrido cáncer y son felices. A veces sorprende ver personas que gracias a haber sufrido esa experiencia reúnen la energía vital necesaria para enfrentarse a lo importante de su vida y dejar atrás las cosas que son lastres.
- ¿En qué se diferencia un coach de un psicólogo?
-Un psicólogo, igual que un médico, diagnostican la enfermedad y luego aplican una terapia. Un coach no, no está para eso, no te juzga ni te dice lo que tienes que hacer, sino que te facilita que la información que tienes dentro de ti la ordenes y la pongas a funcionar. Es cierto que hay bloqueos y retrasos que favorecen la idea de que podemos lograrlo solos, pero es mucho mejor que un coach te ayude.
- ¿Dónde se ha formado usted como coach?
-En la Escuela Europea de Líderes.
- ¿Cómo conjuga tantos trabajos?
-Trabajo en el HUCA, tengo plaza fija, llevo 17 años dedicado a la patología oncológica, y soy profesor. El resto del tiempo lo dedico al coaching para ayudar a otras personas a ser felices. La mayor parte de mi trabajo siempre he intentado que sea un hobby; la medicina, la lectura, el trabajo en equipo, siempre me han gustado.
- ¿Es feliz?
-Sí, y pienso seguir siéndolo.
- ¿Para cuándo la vacuna contra el cáncer?
-Las vacunas, mejor dicho, porque todos los cánceres son diferentes, incluso el mismo cáncer se expresa en cada paciente de forma distinta. La medicina del futuro va a ser personalizada en cada tipo de cáncer y en cada tipo de paciente. No hay dos cánceres de pulmón iguales.
- ¿Llegará un momento que la cirugía quede desterrada de los tratamientos?
-La cirugía al día de hoy es casi imprescindible. Si hubiera herramientas suficientes para suprimirlo sería lo ideal, pero de momento lo mejor es quitarlo.
- ¿Le queda tiempo para hacer de deporte?
-Soy deportista, pero una lesión me mantiene en dique seco. Espero que sea breve para retomar el mantenimiento.
- ¿Por dónde se inclinan sus pasiones?
-Por vivir la vida de forma intensa. Me gusta comer, tomar una copa con los amigos. Y me interesa mucho la gente.
- ¿Es usted religioso?
-Soy espiritual.
- ¿Cree en el Más Allá?
-No, pero intentaré hacer las cosas bien por si acaso.
- ¿Quién ha sido su maestro?
-He tenido muchos y los sigo teniendo. No creo en los maestros totalitarios. Pero en el mundo laboral me ha influido mucho Juan Ramón Jiménez, el jefe de servicio de Radiología con el que me formé. Me va a presentar en la charla que doy este martes en el Colegio de Médicos, a las doce del mediodía.
- ¿Con qué sueña?
-Con seguir creciendo, seguir siendo feliz, disfrutando de la vida.
- ¿Llama a su puerta de coach mucha gente?
-Sí, bastante. Hay varios tipos, uno es el aquejado de una enfermedad grave, otros vienen porque sufren una pérdida de la gestión de su tiempo, porque ya no puede hacer lo mismo porque ha habido algo que les frena y hay también personas que vienen para ajustar su vida laboral.
