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Gijón en retrovisor

El PSOE exigió la creación de un centro cultural en el Revilla-Gigedo

Luis Ortiz Berrocal logró que el Ministerio de Educación construyese en Viñao un nuevo edificio para la Escuela Superior de Ingenieros Industriales

La antigua Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales.

Tres años después de que el Ayuntamiento cediese su opción de compra a la Obra Social y Cultural de la Caja de Ahorros de Asturias para crear en el palacio de Revilla-Gigedo un gran centro cultural, su deterioro arquitectónico iba a más, ya que nada se había hecho para frenarlo. De ahí que, en el mes de marzo de 1981, el presidente de la Comisión de Cultura, Turismo y Festejos, Francisco Villaverde optó por rechazar la propuesta del concejal comunista Luis Felipe Capellín para construir una Casa de Cultura en el solar de la plaza Mayor, al lado del Hotel Asturias -que había sido expropiado en la época de Julio Paquet- al optar por exigir como alternativa a la Caja de Ahorros de Asturias que acondicione el edificio como centro cultural, consecuentemente con compra hecha en su día, debido a que el anteproyecto había quedado guardado en algún cajón. Pero todavía iba a llover mucho hasta que las tres administraciones -el Ministerio de Cultura, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento- que financiaron todas las obras de restauración y la Caja de Ahorros de Asturias firmasen el convenio y pudiera hacerse realidad la apertura de puertas del emblemático palacio gijonés en la plaza del Marqués.

La suspensión de la concesión de licencias de demolición de edificios singulares. Muchos frentes tenía abiertos aquella dinámica Corporación -aunque después de la experiencia del Kurdistán todavía tuvo tiempo para solidarizarse también con el pueblo de El Salvador, lo que motivó la protesta oficial del embajador en España por injerencias en los asuntos internos de su país- por lo que tras dar su visto bueno al catálogo elaborado por Mari Cruz Morales y Moisés Llordén Miñambres, se procedió a la constitución de la Junta del Patrimonio Histórico Artístico compuesta por: Carlos Menéndez de Alba, Pedro Manuel López Cueto, Domingo Caramés García-Platas, Jorge Fernández León, Alejandro Mieres, Melquíades Álvarez, Roberto Díaz de Orosia, Juan González Moriyón, Ramón Alvargonzález. Paralelamente se procedía a la suspensión de licencias de demolición de edificios singulares. Gijón llevaba décadas permitiendo la desaparición de magníficos edificios gracias a los proyectos de grandes arquitectos gijoneses. Pero allí estaba la piqueta especulativa destrozando nuestro gran patrimonio histórico.

Aumenta el poderío de Faustino González Alcalde. El nombramiento de Faustino González Alcalde -depositario de Fondos del Ayuntamiento- como secretario de Política Municipal de la Comisión Ejecutiva de la Federación Socialista Asturiana motivó que aumentase su influencia personal, no solamente sobre José Manuel Palacio -quien siempre dudaba de todos, hasta de su asesor personal Juan Álvarez- sino también sobre el grupo municipal del PSOE.

Una gran polémica se produjo cuando -sin solicitar la correspondiente autorización para que fuese aprobado el presupuesto- decidió amueblar su despacho y comprar una gran caja de caudales, lo que supuso un gasto de más de doscientas setenta mil pesetas. Cierto es que el despacho del depositario de Fondos estaba muy destartalado y que otros altos funcionarios -como el secretario general letrado y el Interventor de Fondos- ya habían procedido a la renovación de sus despachos anteriormente -eso sí, tras pedir la preceptiva autorización municipal- pero el todopoderoso Faustino González Alcalde lo hizo saltándose todos los trámites administrativos que él, desde luego, no desconocía. Los muebles se compraron sin conocimiento del alcalde, ni autorización alguna por parte de la Comisión Municipal Permanente -que no aprobó el gasto hasta seis meses después elogiando José Manuel Palacio la austeridad demostrada por su compañero del PSOE-, ni tampoco solicitó ofertas a tres empresas al ser un gasto superior a las setenta y cinco mil pesetas.

La publicación de aquella grave anomalía administrativa motivó que Faustino González Alcalde se decidiese a presentar una demanda judicial contra mí -a pesar de que nuestras relaciones personales entonces eran muy buenas- aunque no encontró abogado alguno en Gijón que se hiciese cargo de aquel enojoso pleito con el que se trataba de hacer callar al mensajero. Solamente mi amigo Antonio Masip se puso a su disposición, pero -una vez pasado el calentón tan típico en el galaicoportugués- Faustino González Alcalde optó por no iniciar un procedimiento judicial contra mí, al darse cuenta del rigor de mis informaciones y que sus acusaciones carecían de base jurídica.

Consolidación de las enseñanzas universitarias. Si a Jovellanos le costó mucho trabajo crear en Gijón su Real Instituto, dos siglos después padeció algo similar el gijonés José Miguel Caso González, siendo rector de la Universidad de Oviedo, al crear el campus universitario en el entorno de la Universidad Laboral. Aunque se le denomine el campus de Viesques, la realidad es que no está ubicado en esa parroquia. Gijón tenía una profunda herida abierta al carecer de centros de enseñanzas universitarias. Se había echado para atrás la creación del Colegio Universitario en tiempos de Luis Cueto-Felgueroso y José Miguel Caso se las vio y se las deseó.

Gracias a él, el 12 de septiembre de 1978 la Junta de Gobierno de la Universidad de Oviedo aprobó -con una gran oposición interna en el claustro de profesores- la creación de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales. En consecuencia, el día 20 de octubre de 1978 fue inaugurado el primer curso que se impartía en la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Industriales. Su entusiasta director Luis Ortiz Berrocal pronto comprendió que no había futuro en aquellos locales provisionales en la antigua Escuela de Peritos, ya que no eran idóneos para lograr crear la mejor Escuela Técnica Superior de Industriales de España. Debido a ello hizo todo lo posible, y mucho más también, para que el Ministerio de Educación diese el visto bueno para la firma de un convenio con el Ayuntamiento de Gijón para la construcción de una nueva sede en unos terrenos municipales en Viñao. El proyecto de diez edificios fue encargado al prestigioso arquitecto Ignacio Álvarez Castelao -con un presupuesto de trescientos ochenta y dos millones de pesetas- y adjudicado en abril de 1981 a la empresa Hispano-Alemana de Construcciones.

Desplante protocolario al Alcalde en la entrega de los primeros premios "Príncipe de Asturias". Un hecho trascendental para establecer un nexo de unión entre la Casa Real y el Principado de Asturias fue la constitución -el día 24 de septiembre de 1980- de la Fundación Príncipe de Asturias en un solemne acto que estuvo presidido por Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, heredero de la Corona de España, a quien acompañaron sus padres, Sus Majestades los Reyes de España. Su primer presidente fue el financiero Pedro Masaveu Peterson. Aquel proyecto nació gracias a una idea de Sabino Fernández Campo, que fue sugerida en la barra de la cafetería San Remo, de Oviedo, por su ahijado Federico Álvarez Cuervo, el dueño de La Mallorquina, a Graciano García y Juan Cueto Alas, a fin de que la desarrollasen con su demostrada creatividad. Aquel año de 1981 se celebró la primera entrega de los premios en el teatro Campoamor, cuyo patio de butacas estaba semivacío porque los del "Oviedín del alma" no creían que fuese verdad que viniesen los Reyes y el Príncipe de Asturias.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que al alcalde de Gijón lo habían sentado en una perdida butaca del entresuelo. El desplante protocolario se resolvió, no obstante, cuando para abarrotar el patio de butacas mandaron a todos los que estaban en el entresuelo y en el "gallineru" bajar para rellenar las butacas vacías.

La aciaga lucha histórica entre Oviedo y Gijón nos ha perjudicado siempre porque todavía no hemos comprendido que somos dos ciudades complementarias. Así nos va.

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