La declaración ayer de varios de los policías que investigaron la muerte de Sonia Meléndez Mitre -la popular hostelera que murió de forma violenta en su domicilio el pasado 16 de julio de 2015- sirvió para despejar varias de las dudas planteadas en este procedimiento. De todo lo dicho hasta ahora, en el juicio contra Abdou Ndiaye -el hombre de origen senegalés de 35 años y único acusado del crimen- es la señal de su teléfono móvil, que le sitúa en las inmediaciones de su expareja, una de las claves. Quizás sea la principal prueba para enervar su presunción de inocencia, puesto que mientras que el procesado siempre declaró -también el lunes ante el jurado- que estuvo "comiendo en su casa", en el barrio del Carmen, a la hora en que se producía la muerte violenta de la empresaria local, las antenas de telefonía le sitúan en el entorno de la vivienda de la víctima, en el barrio de El Lauredal. Es más, se aprecia incluso en esos registros de llamadas cómo la señal del móvil del procesado va aproximándose desde la zona oeste de la ciudad hasta el centro, tal y como confirmó ayer el inspector de la Policía Nacional que dirigió la investigación del caso. A ello sumó varias contradicciones del procesado durante las pesquisas.

En consecuencia, no es de extrañar que el inspector de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) afirmase de forma tajante ante el jurado, y tras más de una hora de declaración, que "desde el punto de vista policial fue Makelele quien mató a Sonia". Antes de llegar a pronunciar ese extremo, el inspector respondió pormenorizadamente a las preguntas de las partes, incluso detalló el funcionamiento de su investigación a la hora de recabar los datos que les permitió situar al acusado en El Lauredal, al menos durante media hora, el día que murió Mitre.

Las antenas de telefonía -detalló el agente- suministran cobertura a los dispositivos móviles y tienen un radio más o menos de un kilómetro y medio. La policía comprobó que Sonia Mitre dejó de utilizar su teléfono -el cual nunca llegó a aparecer- a las 16.06 horas. La última actividad la registraron sobre las 15.30 horas por lo que en esa franja establecen la hora de la muerte -los forenses lo hicieron entre las 16 y 17 horas aproximadamente-. En esa franja, el móvil de Sonia Mitre tomó cobertura de las antenas instaladas en la calle Felipe II y en Cuatro Caminos, en la zona oeste de la ciudad. Paralelamente, Makelele recibió una llamada larga -de una camarera de los locales de Mitre que no tenía llaves para cerrar el establecimiento- sobre las 16.14 con cobertura proveniente de una torre de la zona oeste, en el entorno de la vivienda de la hostelera. Luego recibió otras dos llamadas, a las 16.29 horas y a las 17 horas, cuya señal se va alejando de la zona de El Lauredal. El inspector aseguró que la última toma cobertura de una antena del paseo del Muro. Ahí sí hay testigos que sitúan a Makelele en el barrio del Carmen.

En otro orden de cosas, el agente de la Udev al frente de la investigación tomó declaración al procesado la misma noche del crimen. En ese caso como testigo de los hechos. Makelele facilitó su teléfono móvil en todo momento pero incurrió en varias falsedades según el atestado policial. Sostuvo que a mediodía estuvo en la cafetería "La bocana" -en frente de la vinatería Sinatra, en la Ruta de los Vinos- pero las cámaras de seguridad lo desmienten y sí le sitúan allí pasadas las cinco de la tarde. Cuando le pidieron la ropa para examinarla, sostuvo que no se había cambiado en todo el día pero una vez más, las imágenes del establecimiento de la calle Santa Lucía muestran otra realidad, allí se le ve en chándal y en casa de Mitre iba de camisa y pantalón vaquero.

"¿Makelele tenía móvil para el crimen?", le interpeló el Fiscal. "Mantenían, como mínimo, una relación de amistad que se fue deteriorando en las últimas semanas además él fue despedido el martes -el jueves murió Mitre-", respondió el inspector que también desestimó la versión del acusado sobre que unos "gitanos gallegos" seguían a Mitre. "Es algo que muchas personas nos dijeron al tomarles declaración, pero todos lo habían oído por boca de Makelele que desde hacía días lanzó rumores sobre que buscaban a Sonia por temas de drogas -en su casa se encontraron seis papelinas de cocaína, aunque no indicios de que traficase-", explicó el inspector. Incluso defendió que el acusado "sabía que la fallecida iba a estar sola en casa". Por último, y tras detallar cómo encontró el cadáver al llegar al domicilio de Sonia Mitre compartió su impresión con el jurado: "pocas opciones tuvo de defensa, el ataque fue de una persona fuerte y corpulenta".