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MANUEL GONZÁLEZ-POSADA SUÁREZ-FIDALGO | Nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Rural "Les Caseríes"

"El ciudadano pide, pero cuando la Administración da ya es tarde"

"El problema de los jabalíes dentro de unos años va a ser ya insalvable, es el más acuciante junto a la polilla de la patata"

Manuel González-Posada Suárez-Fidalgo, junto al puerto deportivo. JUAN PLAZA

Manuel González-Posada Suárez-Fidalgo comenzó su trayectoria en el asociacionismo vecinal en la parroquia de Roces. Hace una década, entró a formar parte de la junta directiva de la federación de asociaciones de vecinos de la zona rural "Les Caseríes" como vicesecretario, de la mano de Soledad Lafuente. Una mano que ya nunca soltaría hasta el pasado 10 de enero, cuando, tras dos años como vicesecretario y ocho como secretario, tomó el relevo de su mentora, erigiéndose como el nuevo líder vecinal de la periferia urbana.

-¿Cómo afronta esta nueva etapa?

-Con un poco de miedo. Miedo porque no sé lo que me voy a encontrar, pero creo que con la ayuda de todos, tanto la Junta Directiva, como el resto de asociaciones que me echen una mano, sacaremos adelante toda problemática que se nos presente.

-¿Cuál es esa problemática?

-Nuestros políticos, bien sea del Ayuntamiento, bien sean del "gobiernín", piden, piden y repiden al ciudadano. Tanto los concejales como los consejeros saben lo que el pueblo pide y demanda, que no es otra cosa que el arreglo de los problemas que tiene la gente. Pero claro, una vez que se meten dentro de un despacho, parece que los problemas no van con ellos. Tenemos ahí el problema de los jabalíes, los plumeros, las avispas asiáticas, la polilla de la patata, más todo lo que nos salga. Y lo que viene de atrás: la falta de comunicaciones, el internet que no llega o la contaminación, que parece que los limones más que amarillos son negros.

-Hábleme del problema de los jabalíes.

-El 19 de diciembre nos reunimos a petición de los concejales Esteban Aparicio y Manuel Arrieta. Citaron a Seprona, Guardia Civil, consejería de Medioambiente, asociaciones de vecinos, colectivos ecologistas? una treintena de personas. Nos dijeron que habían tenido una reunión con el Principado y la consejera les aseguró que iban a hacer un protocolo. Yo les dije que si lo iban a hacer, que fuera rápido, que dentro de unos años va a ser ya un problema insalvable. Es el problema más acuciante ahora mismo, junto con la polilla de la patata.

-¿Cuáles son entonces los principales retos que tiene por delante?

-Que nos hagan caso las administraciones con toda esta problemática, que no influye solo en la zona Rural, afecta también a la ganadería, al paisano que tiene una huerta y planta cuatro lechugas y llega el jabalí y se las destroza. A un ciudadano no le puedes pedir que valle toda la finca y ponga un pastor eléctrico, solo le puedes pedir que te mantenga los bardiales, que mantenga limpias sus fincas, pero no le puedes pedir que ponga fronteras al jabalí. Eso es responsabilidad del gobierno municipal y autonómico.

-¿Queda mucho por hacer en la zona rural?

-Tenemos saneamiento, tenemos traídas de agua. Pero no tenemos autobuses en la zona Rural que comuniquen fehacientemente con la zona urbana y no haciendo un recorrido turístico por todas las parroquias para bajarte a hacer una analítica al Hospital de Cabueñes. También se intentó poner un taxi rural, cuando era Rafael Felgueroso concejal, pero al no renovar el mandato, quedó en espera de que venga otro y lo coja.

-¿Hay relevo generacional?

-Tenemos mucho urbanita que vende el piso de Viesques y va a vivir a la zona rural, compra una finca y construye un casoplón de 200 metros cuadrados con piscina olímpica, pero no sabe lo que es una "foceta" para limpiar por fuera los arbustos. El aldeano, y digo aldeano, que es una palabra maravillosa, es mayor, de 70, 80, 90 años, y no puede ya con la "foceta" ni la guadaña para limpiar cuatro "escayos" que tiene allí. El hijo vive en la calle Corrida o en Pumarín, o donde sea, va a ver a papá y mamá los fines de semana, cinco minutos y no se ponen les madreñes para limpiar un bardial. La tierra está muy abajo, hay que doblar el espinazo.

-El próximo año hay elecciones, ¿confía en que se les escuche más?

-Los políticos en la época pre electoral siempre nos piden subir a Leorio, a la sede de la Federación. Allí no se le cierra la puerta a nadie. Van a escucharnos, pero yo no sé que escuchan, les entra por un oído y sale por el otro. No espero gran cosa de ellos, van a vender la moto, "sí, sí, te hago esto y lo otro" y te venden el oro y el moro. Pero luego, a la hora de la verdad, les dices: "¿te acuerdas de que dijiste esto?" y "sí, pero es que me puse en contacto con la otra parte y no se qué y no se cuánto" y lo dejan correr. No hay más.

-Uno de los grandes aciertos de la Federación en los últimos años fue implicar a todas las asociaciones vecinales.

-El problema que hubo en la Federación fue allá por 2003 cuando empezó a salir el Plan General de Ordenación, que se tumbó dos veces y aún seguimos esperando. Ahí hubo un, por llamarlo así, golpe de estado en la Federación. Había asociaciones del lado del partido gobernante en ese momento y otras que no estaban aliadas a ningún partido, que iban por libre y hubo un enfrentamiento. Fueron los años de las famosas marchas verdes de la zona Rural, que hubo asociaciones que no las apoyaron, aunque fueron las mayores manifestaciones que hubo aquí en Gijón. Creo que eso no se volverá a repetir en la vida. Ahí fue cuando llegó al cargo Tino Álvarez, que fue a quien le tocó la china de coger la Federación en aquel momento de crisis, cuando las marchas verdes y la escisión de algunas parroquias. Fue Tino quien apechugó con todo ello. Se encontraron con una Federación en la que nadie les dijo cómo tenían que hacer las cosas. Fue suya la labor de intentar llevar a la Federación por el buen camino, que los díscolos y no díscolos nos uniésemos otra vez, volviéramos al redil.

-Y después llegó Soledad Lafuente.

-Sole encontró el camino más o menos limpio de polvo y paja. Pero ella, como buena mujer que es, fue constante, siempre pendiente de todo. Se movió por arriba, por abajo, era como una ratita, hueco que encontraba, hueco en el que se metía y sacaba las cosas como podía, pero las sacaba adelante. Me alucinaba, no sé cuántas horas dormía al día, porque hacía de todo: la Federación, la asociación vecinal de Somió, la parroquia, el coro parroquial? Tanto Tino como Sole dejaron el listón de la Federación muy muy alto. Al principio íbamos ocho o diez asociaciones y ahora somos más de veinte en cada reunión.

-¿Qué le pediría a estos dos años de mandato que tiene por delante?

-Que nuestros políticos trabajen en pos del ciudadano, que es quien demanda y pide, pero la administración no da, o da tarde, mal y nunca, cuando el problema ya está muy desarrollado. Sí quisiera que saliese adelante, pero bien hecho, bien redactado y conforme a todos los colectivos, el Plan General de Ordenación, que es lo mejor que se puede hacer en este momento. Tanto el gobierno municipal como la mayoría de colectivos implicados, viendo lo que se hizo la primera vez, estamos todos por la labor de sacarlo adelante, aunque sigue teniendo fallos. Nosotros aquí estamos para intentar seguir llevando por buen camino a la Federación. ¿Problemas? Todos los del mundo, porque somos nuevos en el cargo, y seguro que vamos a meter la pata hasta atrás, pero es la forma de aprender.

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