La muerte violenta de la gijonesa Sonia Meléndez Mitre respondió a "un plan urdido por Abdou Ndiaye -senegalés de 35 años conocido por Makelele- para acabar con la vida de la popular hostelera local. Y lo logró el pasado 16 de julio de 2015 en la vivienda de ésta, en el barrio de El Lauredal. El jurado popular, encargado de enjuiciar este caso y tras deliberar durante más de nueve horas, ha considerado al acusado culpable de un delito de asesinato al estimar que Sonia Mitre "no tuvo ninguna opción de defensa". Además se contempla la agravante de cometer el delito por motivo de discriminación por razón de género.

El jurado popular, compuesto por seis mujeres y tres hombres -más dos suplentes-, basó ayer su decisión, que se hizo pública pasadas las 21.30 horas, en la "premeditación" de los hechos al considerar probado que Makelele "se interesó por la rutina de Sonia Mitre y se aseguró de que estaría sola en casa" tras preguntarle "insistentemente" a la hija de la fallecida a qué hora viajaba en autobús para ir a la ciudad en la que estudiaba. Pero el hecho fundamental por el que han optado por la calificación de asesinato es porque ven probado que la víctima no tuvo "ninguna opción de defensa".

Además el jurado ha incidido sobre las diferentes versiones aportadas por el reo al respecto de dónde estuvo a la hora del crimen. El jurado manifestó que "primero dijo que tomando café en 'la Bocana' -cafetería ubicada en frente del negocio hostelero de la víctima-, en el juicio que estuvo comiendo en su casa y a un testigo le dijo que estaba en el gimnasio", pronunció la portavoz del jurado popular. Otra de las imprecisiones que detectaron los miembros del jurado fue que si bien Makelele sostuvo de inicio que no se había cambiado de ropa en todo el día "en las imágenes de las cámaras de seguridad se aprecia cómo sí lo hizo". También consideraron probado que Makelele estuvo en el entorno de la casa donde vivía Sonia Mitre, en el barrio de El Lauredal, cuando él aseguró no haber salido del Centro; incluso dio por buena la autenticidad y autoría del acusado de la nota manuscrita que apareció en casa de la empresaria gijonesa cuando ya había sido asesinada.

A continuación, el fiscal Luis Miguel Llorente elevó su petición de cárcel a los 20 años de prisión, la misma que de inicio requirió José Joaquín García -abogado de la acusación particular que abogó por el delito de asesinato-. En su caso suma otros 30 años de prohibición de comunicación con la familia de Sonia Mitre -hija, madre y hermano- ni a acercarse a ellos a menos de 500 metros durante el mismo tiempo. La defensa, por su parte, apuntó que al haber sido estimado la atenuante de dilación indebida del proceso -han pasado más de dos años desde que se encarcelara a Makelele- la sentencia futura debería fijar la pena mínima estimada por un delito de asesinato. No obstante, también anunció su intención de recurrir el fallo de la Audiencia ante el TSJA.

Un crimen en una hora

Nueve horas antes de la lectura del veredicto, en la sala se vivió la quinta y última sesión del proceso contra Abdou Ndiaye. Y estuvo protagonizada por la abogada defensora, Ana Gloria Rodríguez, que echó el resto en tratar de sembrar una duda razonable en el jurado utilizando los argumentos dichos por testigos y peritos. Aunque sus argumentos, a la vista de la decisión, no han tenido de momento su éxito. Su planteamiento se basó en que si a las 16.30 horas del 16 de julio de 2015 hay un testigo que sitúa a Makelele en el centro de la ciudad y a las 15.30 la víctima estaba viva -según la Policía ella llegó a su domicilio sobre las 15.20- resultaría imposible que el acusado pudiera ser el autor del crimen. En ese margen de una hora, según la prueba practicada a lo largo de estas semanas, al procesado le tendría que haber dado tiempo a mantener relaciones sexuales con la víctima, limpiar el domicilio -no había huellas dactilares de Makelele en la casa de Mitre, ni flujos vaginales, ni restos de semen en las sábanas-, matarla, deshacerse del teléfono móvil de ella, cambiarse de ropa y ponerse un chandal y volver desde la calle Manuel Hevia, en el barrio de El Lauredal, hasta la zona del Carmen, en pleno centro de Gijón. "Son dos puntos de la ciudad entre los que distan de 57 minutos a pie según Googlemaps", alegó. Unos esfuerzos que nueve horas después no tuvieron recompensa. Makelele asesinó a Sonia Mitre.