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MARCOS TAMARGO | Pintor, acaba de presentar su obra sobre el "Cántico espiritual"

"He traído los versos del 'Cántico espiritual' a mi campo: abstracción con rastros figurativos"

"A partir de marzo pasaré una temporada en un monasterio carmelita para pintar el resto de piezas únicas que lleva el libro"

El pintor Marcos Tamargo, en el centro de la foto, en la presentación madrileña del libro del artista sobre San Juan de la Cruz.

Una de las cumbres de la mística española y de la poesía universal. El hotel Palace, en Madrid, acogió el pasado jueves la presentación de un singular libro de artista: el "Cántico espiritual" de San Juan de la Cruz (1542-1591) interpretado por el talento pictórico del gijonés Marcos Tamargo (1982). Una exclusiva tirada de cien ejemplares, auspiciada por la galería Rodrigo Juarranz y Ediciones Carla Torres. Incluye seis grabados, junto al texto del poeta traducido a once idiomas, y una pieza única del pintor asturiano en cada volumen.

- ¿Por qué este libro de artista sobre el "Cántico espiritual"?

-El galerista Rodrigo Juarranz me habló del proyecto hace cuatro años. En realidad, era una idea compartida con su padre (José María) desde hace dos décadas. Buscaban un artista determinado, con el que tuvieran además buena relación. Hace dos años me hicieron la propuesta firme.

- ¿Qué es lo que le ha interesado de la obra de San Juan de la Cruz, y más concretamente del "Cántico espiritual"?

-He leído los textos y bastantes comentarios sobre esos versos. Me daba cuenta de que esos textos mostraban lo que otros decían del "Cántico", cuando para mí es como una obra arte que te faculta hacer tu propia lectura. Cada vez que uno lee esos versos, le dicen cosas distintas. Curiosamente, hasta que no fui a vivir una temporada en Kenia no se produjo la conexión íntima con el texto. Allí hubo una inmersión y empecé a ver el "Cántico" desde mis experiencias.

- Resulta difícil de relacionar a San Juan de la Cruz con Kenia...

-Soy consciente. Hay un trabajo mío, por ejemplo, en el que incorporo a mi plástica la visión de los medidores de mareas. Seleccionan a los hombres más fuertes de la tribu y les dan unos palos de diez o quince metros de largo para esas mediciones. Una imagen terrenal, física, y espiritual a la vez. Ahí está la conexión con los versos de San Juan de la Cruz.Tierra y cielo. En Kilifi, al sur de Kenia, cerca de Tanzania, vi una correspondencia del agua con el cielo. Cada artista necesita su hábitat. Allí encontré serenidad, pero también la fuerza que necesitaba. Pinto en Asturias o en Nueva York y por cada obra que doy por buena, elimino cinco o seis. Casi todo lo que he hecho en Kenia, lo mantuve.

- ¿Esa lectura de San Juan de la Cruz le ha enriquecido como artista?

-Sí, me ha influido. El creador necesita leer, ver y viajar, para enriquecerse. Esa lectura me hizo plantearme cosas, aunque yo no he hecho una lectura religiosa. El "Cántico" lo puede leer un musulmán, por ejemplo, y se sentirá conmovido. Hay dos lecturas básicas del "Cántico", la relación entre el amado y la amada, y otra relacionada con lo sobrenatural, con Dios. Para mí, esos versos expresan cosas distintas en cada momento: Dios, por ejemplo, manifestado en la naturaleza.

- ¿Cómo se planteó la expresión plástica de esa lectura?

-Tuve claro desde el primer momento que no habría figuración. Creo que el "Cántico" no se puede abordar desde ahí y sí, más bien, desde la abstracción. Bueno, lo que he hecho es traer los versos a mi terrenos, que es el de una abstracción con rastros figurativos. Y está esa mezcla del texto con mis experiencias. Me he ayudado también, sobre todo para las obras únicas, de elementos matéricos. Los grabados, que está hechos sobre papel artesanal de seiscientos gramos, tienen también ese aspecto matérico. He querido que las obras dieran la impresión de un cierto peso, tanto físico como visual. Ha sido un reto importante: volver una y otra vez al trabajo. Quería que fueran piezas con mucho contenido.

- Seis grabados, pero también cien obras únicas, una posr cada ejemplar...

-La obra está presentada y tenga hechas algo más de treinta. Varios coleccionistas y el Ministerio de Exteriores han adquirido ya algunos libros. Yo sigo trabajando. San Juan de la Cruz escribió el "Cántico espiritual" en un monasterio de los Carmelitas, en Toledo, donde sufrió ocho meses de cautiverio. Es un monasterio derruido, pero he hablado con un prior carmelita para pasar una temporada, a partir de marzo, en un monasterio. La idea es seguir creando esas obras únicas del libre. No voy a estar ocho meses, ni será una experiencia de cautividad, pero quiero acercarme más a ese mundo del poeta.

-El libro incorpora, además, traducciones del "Cántico espiritual" a once idiomas. ¿Cuál ha sido el planteamiento de esa labor?

-Es una obra mística, espiritual, de referencia mundial. Por eso lo hemos querido traducir a los once idiomas más hablados. En la presentación hubo representantes de distintas embajadas, des la de Francia o Rusia a la de Corea. Habrá distintos actos para dar a conocer el libro en otros países. Se han hecho traducciones específicas para este libro.

- Son cien unidades, con unos precios muy altos que no dirá, supongo. ¿Hay demanda para estos libros de artista?

-Es cierto que los aficionados al arte no están tan acostumbrados a estos trabajos, al menos no tanto como a la adquisición de cuadros. Sin embargo son piezas que tienen una doble demanda: la del coleccionista de arte y la del coleccionista de libros. La verdad es que nos está yendo bastante bien. Es un híbrido entre obra de arte y libro, que mide abierto metro y medio y lleva una caja, lo que suscita un cierto interés y curiosidad.

- ¿Qué paleta ha preferido para el "Cántico espiritual?

-Bueno, en las primeras obras están esos ocres que encontré en mi etapa de Kenia. En las últimas, los blancos. Es una obra que se va haciendo con el tiempo, así que va incorporando los cambios que yo vivo como pintor. Los colores, pues, son también distintos: de los ocres y amarillos de mi pintura africana, a otros que he encontrado ahora. Para mí, cada obra responde a un porqué. Es una de las razones por las que este trabajo sobre el "Cántico" me está llevando tanto tiempo. Quiero que cada pieza sea muy personal, el resultado de mi relación con esos versos. Tengo mucha obra comenzada, otras que retomo, pero casi todas las semanas dedico al menos un día al "Cántico". He hecho una grabación de esos versos, en bucle, y los escucho continuamente en el estudio.

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