Bajo el título "Así que pasen... años" sobre las tablas del teatro Jovellanos se desarrolló ayer un proyecto musical que unió maestría, talento, innovación y generosidad para que, sobre todo, brillara el conjunto.

La música de Víctor Manuel, el lenguaje corporal de la coreógrafa israelí afincada en Asturias Dana Raz, la veterana trompeta de Andreas Prittwitz, las voces de los integrantes del coro "León de Oro" y las notas de la Orquesta de Cámara de Siero bajo la dirección de Manuel Paz, se fueron dando relevo, con muchos momentos compartidos, para casi acabar con el público sobrecogido asistiendo a una interpretación distinta de "La planta 14" de Víctor Manuel.

Con arreglos inéditos, acompañado por el coro luanquín, la Orquesta, la trompeta de Andreas Prittwitz y con la coreografía de Dana Raz sumando, el cantautor de Mieres reconoció el "regalo" que le habían hecho llevando a otro nivel un tema clásico. Al cantante también se le pudo oir con otros dos temas "Cuélebre" y "Asturias", esperados y coreados.

Se había anunciado como un encuentro artístico "emotivo e inaudito", surgido del interés y el trabajo de la Asociación Cultural Serondaya de Mieres -asociación nacida en 2005 y que preside Fulgencio Argüelles- y no se escatimaron esfuerzos para lograrlo.