La Policía Nacional ha detenido a un repartidor de comida a domicilio por conducir ebrio su ciclomotor. Se trata de un joven de 22 años y vecino de Gijón, con antecedentes por hurto de vehículos, lesiones y robo con violencia. La voz de alarma la dio la empresa, ya que el arrestado no había entregado el segundo de los pedidos solicitados y no contestaba ni a las llamadas de teléfono ni al Whatsapp. Tras lo sucedido, la compañía denunció al joven por daños en la moto y apropiación indebida de unos 100 euros, ya que no devolvió el dinero de los pedidos.

La encargada de la empresa de comida avisó a la Policía Nacional a las doce de la noche al no tener noticias sobre el estado y paradero de uno de sus repartidores. Había salido a las nueve y media de la tarde con dos entregas de comida y no había llegado al segundo destino programado. Después de numerosas llamadas al móvil y mensajes sin contestación, la mujer alertó a los agentes por si el trabajador hubiese sufrido un accidente. Los policías lo localizaron en las inmediaciones de su domicilio y éste se comprometió a volver al trabajo para devolver el ciclomotor y dar explicaciones sobre su ausencia.

En el trayecto, los agentes observaron una conducción errática que hizo que el motor del vehículo se detuviera. En ese momento, y ante la sospecha de que podría encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes, se solicitó la presencia de una patrulla de la Policía Local para realizarle una prueba de alcoholemia. Finalmente se comprobó que estaba borracho y que la tasa obtenida constituía un delito contra la seguridad vial, por lo que fue detenido.