Cerca de 240 arrendadores de pisos han legalizado su negocio turístico en Gijón desde la entrada en vigor, en agosto de 2016, de un nuevo decreto para acabar con los alquileres pirata. El municipio está a la cabeza de Asturias en la oferta de habitaciones por días con un total de 214 viviendas dadas de alta a fecha de hoy. Este número es muy superior al registrado por ejemplo en Oviedo, con 28 viviendas de uso turístico -debido a la restrictiva normativa municipal- o en Avilés, con 15. A los 214 pisos hay que sumar otras 25 licencias, que hacen un total de 239. La patronal Otea aplaude "el gran trabajo de inspección" llevado a cabo por el Principado, pero advierte de que "todavía existe economía sumergida" en el concejo.

En plena lucha contra los alquileres pirata en Asturias, el sector hotelero desconfía ahora del auge de intercambiar casas por internet. El fenómeno, que consiste en compartir piso con sus dueños durante un viaje, no es ni mucho menos nuevo, pero la aparición de nuevas plataformas on-line despierta el recelo de los empresarios. "Con respecto a los viajes colaborativos no tenemos nada que decir, el problema surge cuando se confunde el intercambio con el comercio de viviendas turísticas con ánimo de lucro. Eso es inadmisible", expresa el copresidente de Otea, Fernando Corral. Según un reciente informe, en Asturias hay más de 700 personas inscritas en los portales "IntercambioCasas" y "GuesttoGuest", los dos más populares, y una mayoría de ellos se encuentran en Gijón.

La fórmula de intercambiar casas para viajar por el mundo cosecha un gran éxito en Europa por su componente económico. Se calcula que utilizando este sistema un turista se ahorra de media un 54% del presupuesto total. El presidente de Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias (OTAVA), Íñigo Fernández, pone el acento en que esta modalidad beneficia al usuario, pero no a la comunidad en la que opera. "No hay un consumo", destaca Fernández. No pagan un hotel y además la mayoría no comen o cenan en restaurantes, sino que tiran de los supermercados. Aunque de momento se trata un sector "marginal", los hosteleros piden vigilarlo de cerca.

Así sucedió en el verano de 2016 con las famosas plataformas de alquiler turístico Airbnb y HomeAway. La consejería de Turismo sacó un decreto a petición de los empresarios para regular su actividad, al igual que se hizo en otras comunidades. Según Otea, la economía sumergida de estos negocios en España asciende a 13.000 millones de euros. En Asturias el tsunami llegó con retraso en comparación con regiones del sur, pero llegó. La norma exige a los arrendadores darse de alta en el registro de empresas y actividades turísticas del Principado, siempre y cuando se cumplan las condiciones que exige el documento. Las más importantes: contar con un seguro de responsabilidad civil, garantizar reservas y cancelaciones, realizar un contrato en el que queden reflejados los datos del cliente, publicar los precios y las fechas de aplicación, disponer de habitaciones con iluminación natural y ventilación y exhibir la placa con el código concedido por la Consejería. El Gobierno autonómico intensificará este año el control de la viviendas y aplicará multas que van desde los 60 euros hasta el cese del negocio. Hasta el pasado verano se detectaron en toda la región un total de 707 anuncios de pisos ilegales en internet.

El alquiler gana al hotel

Según el registro de empresas y actividades turísticas de la Consejería, en el concejo hay 214 viviendas de uso turístico -son las que se encuentran en un edificio de varias plantas y se pueden contratar íntegramente o por habitaciones- y 25 viviendas vacacionales -es decir, de alquiler de casas-. De pisos de uso turístico, que es donde destaca Gijón, hay contabilizadas en toda Asturias 509. Dicho con otras palabras: el municipio concentra cerca de la mitad (el 41%) de este tipo de viviendas. El número de plazas por piso va desde las 2 a las 8 y muchos están todavía en estado de tramitación, a la espera de recibir el visto bueno del Principado. El número de casas no para de subir mes a mes -en diciembre había 199 y ahora son 214-, lo cual demuestra la enorme dimensión que tenían los alquileres pirata.

Estas nuevas fórmulas de alquilar explican asimismo que la mayoría de turistas en 2017 optasen en Gijón por alojarse en viviendas privadas (4.208.125), pisos de alquiler (88.973) o establecimientos no hoteleros (138.987). El sector hotelero recibieron 419.500 personas. En total, pisaron la ciudad 1.585.673 turistas, que supusieron un nuevo récord local, gracias al aumento de visitantes extranjeros.