La turista madrileña hallada muerta en la playa de Poniente llevaba en su bolso una Biblia y varios libros de peso -entre ellos, El Señor de los Anillos-. La investigación sobre su fallecimiento aporta otros datos singulares: no había comprado el billete de vuelta y en la habitación del hotel donde se alojaba desde el lunes 29 de enero guardaba todo tipo de efectos personales, incluso peluches. "Parecía que se había llevado la casa con ella", aseguran algunas fuentes. No se le conocía fuente de ingresos, no mantenía contacto con ningún familiar y desde la muerte de su madre el día de Navidad andaba de un lado para otro.

Sin embargo, la autopsia no ha sido capaz de determinar si la mujer, nacida en 1960, se suicidó o falleció engullida por las olas. Sólo ha concluido que murió ahogada entre 12 y 16 horas antes de que fuese encontrado su cadáver el lunes por la mañana en el espigón de Poniente.

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