Pedro Baños Bajo (León, 1960) presentará hoy en Gijón, en la Biblioteca Pública Jovellanos, a las 19.00 horas, su libro titulado "Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial", invitado por la Sociedad Cultural Gijonesa. Coronel del Ejército de Tierra (Infantería) y diplomado en Estado Mayor, Pedro Baños, actualmente en la reserva, ocupó, entre otros puestos, el de jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo y la jefatura del Área de Análisis Geopolítico de la División de Asuntos Estratégicos y Seguridad. Es especialista en estrategia, geopolítica, inteligencia, terrorismo, relaciones internacionales, defensa y seguridad.
- ¿Su teoría sobre la dominación del mundo en qué se basa, en cuestiones económicas, militares, diplomáticas...?
-Se utilizan diferentes herramientas, pero, sin duda, la economía es absolutamente fundamental y cada vez más. Hoy en día la dominación no se pretende hacer conquistando militarmente, primero ya no tiene ningún sentido, sobre todo debido a que ya no se busca como antes esclavizar a una población. Ahora lo que se busca es la dominación a través de la economía y acceder a los recursos que pueda tener un país.
- ¿También es determinante la geografía, como sostiene el estadounidense Robert Kaplan en su último libro publicado en España, "La venganza de la geografía"?
-Claro, también, pero hoy en día lo que se intenta es imponer la voluntad sobre los demás a través de la manipulación mediática, de la guerra psicológica. En definitiva, por procedimientos que han variado con el paso del tiempo y que permite la tecnología actual.
- ¿Los llamados ciberataques es propaganda o están realmente sucediendo?
-Podemos hablar de dos acciones diferentes: una serían esos ciberataques, acciones de "hackeo" para robar información o trastornar los sistemas, pero también existe otra función, que es la desinformación o propaganda, es decir, la guerra psicológica, en la que también estamos inmersos y que, por supuesto, todas las potencias principales hacen, no solo Rusia.
- ¿El mundo varió mucho en el último siglo con respecto a los dos grandes bloques en lucha por la supremacía mundial: el poder marítimo y el terrestre, que enunció el geógrafo británico Mackinder?
-No ha variado esencialmente. Sigue existiendo un gran poder marítimo, que son los Estados Unidos, cuya capacidad destructora de su armada es superior al del resto de todas las armadas del mundo juntas. Para que nos hagamos una idea, con sus once portaaviones de propulsión nuclear tiene una potencia destructora absolutamente inigualable, pero, claro, ahí están también Rusia y China, que son dos grandes potencias terrestres y, por lo tanto, tiene que hacer frente a ellas con una estrategia de cerco y contracerco permanente.
- ¿Una parte de esa estrategia es la que vimos en los últimos años en Oriente Próximo, en la guerra de Siria, por cierto que ganaron Rusia e Irán?
-Efectivamente, en Siria se dirime, entre otras cuestiones, una guerra de política mundial que ha enfrentado a Rusia y Estados Unidos. Y es cierto que, de momento, va ganando Rusia en todos los órdenes, incluido el diplomático, y también Irán. Por eso la campaña que está haciendo ahora mismo el señor Trump de demonizar a Irán y presuntamente queriendo atacar no es ni más ni menos que dirigida a tratar de reequilibrar ese poder que se les ha ido un poco de las manos.
- ¿La cuestión entonces, como siempre, es que Rusia no llegue al Mediterráneo?
-Claro, además una Rusia que no solo se asentó de un modo definitivo en la base de Tartús, en la costa de Siria, donde ahora tiene una potente base y, por lo tanto, se puede expandir a otras partes, como Libia. Esto preocupa enormemente a los Estados Unidos, cuyo objetivo es limitar a Rusia a su actual territorio.
- ¿Por eso son ahora estatégicas más que nunca en las últimas décadas las bases de Gibraltar y Rota?
-Curiosamente esas bases han renovado su importancia estratégica por eso, pero también por algo que puede pasar más desapercibido, que es el calentamiento global.
- ¿Por qué?
-El calentamiento global significa que se pueda navegar con cierta normalidad por el Ártico y, por lo tanto, que se pueda ir desde Europa hacia los grandes mercados asiáticos, como pueden ser China, Japón o Corea del Sur, de un modo más rentable y mucho más rápido. Supongamos mercancías que salen del Mediterráneo y pueden transitar de un modo más rentable a través del estrecho de Gibraltar y no necesiten pasar por el canal de Suez. Eso significa renovar enormemente la importancia estratégica de Gibraltar, pero pensemos también en Ceuta, que también renovará su importancia estratégica.
- ¿De ahí procede el rearme naval de Rusia en la zona del Ártico?
-Rearme naval y también terrestre. Rusia está instalando bases muy potentes, ya que el Ártido se va a convertir, ya de hecho lo es, en un escenario de conflicto no violento, por ahora, con otros actores como Canadá, que está también reforzando su marina de guerra. Rusia tiene rompehielos nucleares de enorme potencia y el Ártico no solo es importante por ser paso para la nevegación, también por los ingentes recursos naturales que tiene, incluso la pesca, por eso será muy codiciado.
