En una sociedad de consumo cada vez más acelerado hay quien se toma en serio la apuesta por el círculo, es decir: consumir, utilizar, reutilizar, reparar y reciclar. O lo que es lo mismo, no tirar a la basura todo lo que se estropea porque casi todo es susceptible de tener una segunda vida. Con esta filosofía la organización Ingenieros Sin Fronteras ha puesto en marcha una nueva edición del "Repair Café" en la cafetería La Revoltosa de Gijón.

Se trata de una cita entre voluntarios expertos en reparaciones y consumidores que tienen en sus casas aparatos de toda especie que no funcionan. "Pensamos que no es necesario tirar y comprar nuevos productos, es posible arreglarlos y estamos muy interesados en poder recuperar ese conocimiento, el de arreglar cosas", señala Carmen Alonso, voluntaria de Ingenieros Sin Fronteras.

Ayer lograron reunir a una decena de "curiosos", gente apañada con las reparaciones que, de forma atruista y sin necesidad de ser ingenieros, echaron una mano a lo largo de toda la tarde para arreglar un poco de todo. Desde un equipo de música al que no le funcionaba el lector de CD hasta una batidora-licuadora, dos planchas del pelo, un proyector de imágenes, una radio y hasta un cepillo rotatorio masajeador para el cuerpo. Sobre todo "aparatos eléctricos, todo el mundo tiene algo por casa que no funciona", explica Alonso. En otras ediciones lograron incluso contar con los servicios de expertos en costura para arreglos de ropa, y "con cada nueva sesión viene más gente", aseguran los organizadores, que ya han puesto en marcha encuentros en Oviedo, Gijón, Avilés o Nava.

La próxima cita será en Pola de Lena con la misma intención: concienciar a la gente contra el consumo desenfrenado de la sociedad y compartir conocimientos para reparar todo tipo de aparatos y objetos que acaban en la basura antes de intentar arreglarlos. Con ello, sostiene Ingeniería Sin Fronteras, se logrará también un cambio de mentalidad para buscar una sociedad más sostenible y colaborativa.