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Un caso que conmocionó al mayor club deportivo de la ciudad

El pedófilo que grabó a menores desnudos en el Grupo guardaba más de 36.000 vídeos de niños

El acusado, que está en libertad y ya fue condenado a dos años de cárcel por otra causa similar en Bilbao, afronta ahora cuatro años de prisión y cinco más en vigilancia

El vecino de Gijón que grabó a varios niños mientras se cambiaban en los vestuarios del Grupo Covadonga se sentará próximamente en el banquillo como acusado de un delito de corrupción de menores por el que le piden una pena de prisión de cuatro años y otros cinco años de libertad vigilada, que incluye someterse a terapia psiquiátrica para superar su conducta adictiva a la pornografía infantil. La suya fue una detención que conmocionó a toda la ciudad en junio de 2016 por su supuesta conducta depravada que ahora va a ser juzgada por los tribunales. Al procesado, que ya fue condenado por este mismo delito a dos años de cárcel por un juzgado de Bilbao en 2016, se le intervinieron en su casa varios discos duros que contenían miles de archivos, entre vídeos e imágenes, de menores desnudos o realizando actos sexuales, incluidas las imágenes en las instalaciones grupistas. Sólo en uno de ellos había más de 36.000 documentos de esa índole.

Los vídeos realizados a varios niños desnudos en los vestuarios del Grupo Covadonga se encontraron gracias al registro que se practicó en el domicilio del acusado, en Gijón, por orden del Juzgado de Instrucción nº 22 de Madrid con la intención de incautar ordenadores y soportes. Fue el día 16 de junio de 2016 mientras que las imágenes las había tomado poco antes, los días 11 y 13 de ese mes. Justo un mes después de ser condenado en Bilbao como autor de un delito de corrupción de menores a dos años de cárcel después de compartir con otros usuarios en internet imágenes de niños "en actitud explícita sexual" en 2013.

En su domicilio se hallaron miles de documentos de pornografía infantil en diferentes contenedores informáticos. Tenía un disco sólido de la marca "Transcend" que contenía un programa de intercambio de archivos "Emule", en el que aparecía un directorio con una carpeta en la que constaban archivos con nomenclaturas de las que habitualmente se usan en el ámbito informático para referirse a la pornografía infantil, algunos de los cuales constaban intercambiados con otros usuarios. También apareció una tablet de la marca Samnsug que en su interior contenía una tarjeta micro SD de la marca Sandisk en la que aparecían archivos de vídeo e imagen ocultos en los que se encontraban menores desnudos e incluso en los que se ve al acusado colocar una cámara apuntando a una cama de una habitación.

La policía encontró también tres discos duros externos. El primero, de la marca "XD" contenía 36.242 archivos de vídeo e imagen en los que salen menores de edad desnudos y realizando actos sexuales. Lo mismo en el segundo disco. También en el tercero, que incluía cinco vídeos grabados por el propio procesado en el Grupo Covadonga a menores cambiándose de ropa. Tres de ellos habían sido compartidos. Ese material aparecía también dentro de un ordenador portátil.

La lista no termina ahí. Cuando fue detenido, en su puesto de trabajo en el Parque Científico y Tecnológico de Gijón, portaba un teléfono móvil con una aplicación instalada para el uso en red de cámaras de alta definición -en su casa había dos cámaras y una antena wifi-, otra para activar cámaras de vídeo de forma inalámbrica y ora para ocultar a terceros fotos, vídeos y archivos guardados en el móvil. En este dispositivo figuraban varios correos electrónicos relativos al intercambio de imágenes de chicos y múltiples archivos como 146 fotografías, doce vídeos de pornografía infantil y nuevamente los realizados por el acusado. Una vez detenido, y tras tomársele declaración, se dictó un auto para prohibirle acceder al Grupo Covadonga y a cualquier otra instalación deportiva o cultural en la que hubiera vestuarios que pudiesen ser utilizados por niños.

Según el Ministerio Fiscal, el acusado "no solo se limitó a usar para sí dicho material sino que intercambió el mismo con otros usuarios de la red parte de los archivos. Por todo lo expuesto, le atribuyen un delito de corrupción de menores consistente en la captación y uso de menores de edad para elaborar material pornográfico; y en distribuir, difundir y facilitar la difusión de pornografía infantil, así como la tenencia para esos fines. El Fiscal interesa una pena de cuatro años de cárcel y cinco años de libertad vigilada. Esta última medida consiste en la prohibición de acceder tanto al Grupo Covadonga como a cualquier otra instalación deportiva o cultural en la que haya vestuarios susceptibles de ser utilizados por niños y no abandonar durante ese tiempo la terapia psiquiátrica que precise para superar su conducta activa a la pornografía infantil, "debiendo acreditar el no abandono del tratamiento mensualmente". También le exige el pago de las costa y que se decrete el comiso y destrucción de todo el material pornográfico.

Por el momento está en libertad. Sin embargo, desde el 7 de marzo está obligado a presentarse en el juzgado cada quince días y a someterse a terapia.

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