García de Marina no para. El próximo viernes se inaugurará en Rangún, la capital de Birmania (también Myanmar), frente a las puertas del Ayuntamiento de la ciudad asiática, una de las series más esperadas del artista gijonés: "Inocentes". El asturiano es el único español elegido para participar en la décima edición del Yagon Photo Festival, una importante cita impulsada por el Instituto Francés y el Instituto Goethe, patrocinada por Canon y con vínculos con el World Press Photo.
Es la primera exposición individual en Asia de García de Marina, de quien estos días puede verse en el Museo Barjola una muestra en la que sus imágenes mantienen un "diálogo" ("Dialo2", se titula), con otras piezas del fallecido poeta y artista multidisciplinar Joan Brossa. "Inocentes", treinta fotos de gran formato (más de dos metros), se expondrá al público en un espacio al aire libre, el Maha Bandoola Park. Son fotos elaboradas a partir de las treintas y dos piezas de un juego de ajedrez de cristal, así como del correspondiente tablero.
"Es un nuevo reto expresivo, ya que aparece por primera vez una pulsión política y social subyacente", explica García de Marina. Y más: "En esta nueva colección reflexiono sobre las violaciones de los derechos humanos, el papel de la mujer, las limpiezas étnicas, las relaciones humanas o el trato al ser humano como mera mercancía, pero también sobre aspectos positivos como la construcción de un nuevo espacio de convivencia o la unión en pos de un objetivo común".
El Yangon Photo Festival fue visitado en su última edición por unas cien mil personas. Es base de encuentro, asimismo, de fotoperiodistas y activistas internacionales como foro de presentación de temas relacionados con los derechos humanos, el medio ambiente, la justicia social o el patrimonio cultural. Han anunciado su presencia fotoperiodistas como, por ejemplo, Paula Bronstein, Alessandro Penso o Adam Dean.
La obra de García de Marina parte de presupuestos estéticos y técnicos muy distintos a los habituales en el fotoperiodismo, aunque su serie "Inocentes" entronca con muchas de las preocupaciones éticas de los fotorreporteros a pie de las tragedias contemporáneas. El fotógrafo gijonés amplía su campo temático, pero se mantiene fiel a los principios de su poesía visual: propuestas minimalistas y muy bien trabadas conceptualmente, en las que relaciona objetos a veces heterogéneos en busca de nuevos significados. El artista gijonés ha asombrado a la crítica por la evolución de su trabajo en sólo unos años.
