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La calidad del aire en Gijón

Las ventoleras del carbón portuario

La llegada de contaminación de El Musel a barrios del Oeste requiere de condiciones poco frecuentes de velocidad y dirección del viento, según un estudio

Las ventoleras del carbón portuario

Los tarros de polvo de carbón que recogen los vecinos de barrios de El Muselín y Portuarios a la puerta de sus casas componen uno de los argumentos que emplean para reclamar que la Autoridad Portuaria de Gijón promueva que se cubran las parvas de carbón en la terminal de graneles sólidos y otras zonas de almacenamiento de minerales. Una medida que ha sido rechazada por el Puerto al considerarla inviable económicamente, pero además por innecesaria. El polvo de carbón que atormenta a los vecinos tiene otros orígenes, ya que las condiciones de viento necesarias para que el mineral de los acopios portuarios llegue a los barrios más cercanos sólo se dan 73 horas al año, según un estudio realizado por la Autoridad Portuaria.

La explicación fue dada por el propio presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, quien explicó que hacen falta vientos de más de 20 kilómetros por hora y provenientes del norte, entre 40 grados oeste y 60 grados este, para llevar polvo portuario a los barrios de Jove y Pescadores. Para que llegue a otros puntos más alejados, los vientos necesarios son aún menos frecuentes.

Durante un año el Puerto estuvo realizando estudios en la estación meteorológica de El Musel. Tras 52.560 mediciones efectuadas, seis cada hora, el resultado fue que sólo 73 horas al año se producen vientos con suficiente intensidad y la dirección adecuada para arrastrar partículas de minerales de los acopios de El Musel hasta los barrios más próximos de la ciudad. De las 73 horas al año en las que se dieron esas condiciones, en 53 los vientos eran de entre 20 y 40 kilómetros por hora, mientras que solo en 20 horas anuales superaron esa velocidad.

Además, la distancia también influye en la dispersión de la contaminación. Según los estudios del Puerto, la concentración de partículas en el aire, que en la zona de descarga y acopio de graneles alcanza los 175 microgramos por metro cúbico, cae a 50 microgramos a 500 metros de distancia y a cero a partir del kilómetro y medio.

Un dato que el Puerto conecta con el hecho de que la zona poblada más próxima, la de Arnao en Jove, está a unos 800 metros de distancia de los carbones que los carbones que se almacenan en la zona portuaria de Aboño -separados de Gijón por la Campa de Torres- y a 1.154 metros del mineral de la terminal de graneles sólidos de El Musel, Ebhisa. El Muelle norte de la ampliación portuaria, la tercera gran zona granelera del Puerto, está aún más lejos.

En cuanto al barrio de Pescadores, dista 1.600 metros de la zona portuaria de la explanada de Aboño y 1.700 metros de Ebhisa, distancias aproximadas que también separan esos espacios graneleros del barrio de Portuarios.

Para que el polvillo de las parvas de carbón depositadas en la terminal granelera llegue a La Calzada debe recorrer 2,9 kilómetros.

El Puerto también refuerza sus argumentos con estudios ajenos sobre la dispersión de la contaminación, como los encargados por el Principado de Asturias respecto al origen de la contaminación en el oeste de la ciudad.

Estudios efectuados sobre el origen de las partículas contaminantes inferiores a 10 micras, PM 10, en tres estaciones de control en varias de las zonas con mayores problemas de contaminación de Gijón han constatado el escaso peso del Puerto como origen de la polución. Así, en el estudio efectuado en la estación de control de la Avenida de La Argentina, en La Calzada, sólo el 3% de las PM10 procedían de El Musel, frente al 56% de origen industrial (entre ellas un 9% de contaminación difusa, como es la procedente de acopios graneleros), el 34% del tráfico urbano y el 7% del tráfico interurbano.

En la estación de control de Tremañes, las partículas contaminantes procedente de espacios portuarios representan un 2% del total frente a un 65% de origen industrial (entre ellas un 7% de contaminación difusa industrial); un 25% de tráfico urbano y un 8% de tráfico interurbano.

En cuanto a la estación de control de la contaminación de Monteana, otro de los puntos negros en cuanto a calidad del aire en Gijón se refiere, la polución con origen en El Musel es cero, frente al 90% de origen industrial (un 3% de contaminación industrial difusa), un 7% procedente del tráfico urbano y un 3% del tráfico interurbano.

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