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Evalúan con sensores el daño de los árboles del "Kilometrín"

Técnicos municipales inician la revisión interna de los eucaliptos de la ribera del Piles con un procedimiento tomográfico

Un técnico procede a las mediciones sobre uno de los grandes eucaliptos del "Kilometrín". ÁNGEL GONZÁLEZ

Técnicos del servicio municipal de Parques y Jardines han comenzado con la evaluación de algunos de los árboles de la popular zona del "Kilometrín", principalmente grandes eucaliptos, para determinar con sensores y un sistema tomográfico si tienen áreas debilitadas que pueden suponer un riesgo de desplome.

La medida se tomó después de que un eucalipto de varias toneladas cayera la semana pasada sobre varias luminarias urbanas y tres vehículos, incluido el del futbolista Carmona. Tras el análisis de lo sucedido se determinó que el árbol "sufría un desgarramiento de parte de la corteza en el contorno del tronco y del cuello hasta los 2 metros de altura; no tenía hongos ni zonas de pudrición en la base, pero sí que tenía zonas de madera seca que con el viento provocaron su desplome", tal como explicó esta semana la propia Alcaldesa, Carmen Moriyón. El hecho de que la zona del "Kilometrín" sea un lugar habitual de entrenamiento de corredores y zona de paseo de muchos gijoneses, generó la alerta entre las autoridades municipales por las apreciaciones de algunos expertos de que podría haber riesgo de desplome en más ejemplares. Y llevó a los especialistas a determinar la necesidad de hacer análisis más exhaustivos por si hubiera que hacer talas de seguridad.

Juan Carlos Martínez, responsable del servicio de Parques y Jardines, explicó que la evaluación del riesgo se iba a hacer con una técnica denominada test de tracción realizada con un tomógrafo para árboles. Ayer un técnico municipal procedió a colocar sensores a pocos centímetros de la base de tres de los eucaliptos mayores con los que detectar las ondas de impulsos que se iban aplicadando al árbol. El estudio supone algo así como una visión del interior del árbol, de forma que se pueden evaluar la calidad de la madera e identificar por seguridad si hay riesgo de rotura.

El arbolado del "Kilometrín" está plantado sobre una zona de rellenos de escombros, una obra realizada en los años 40 del siglo XX para sanear las marismas del Piles y crear de paso un gran parque público en la zona. Las primeras plantaciones, las del "Kilometrín", tenían y aún tienen la finalidad de formar una barrera vegetal protectora del parque Isabel la Católica frente a los vientos marinos.

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