El pintor Alejandro Mieres seguía ingresado ayer, al cierre de esta edición, en estado muy grave, en el gijonés Hospital de Cruz Roja. El artista, de 90 años y con la salud quebrantada a causa de una insuficiencia renal por la que recibe diálisis, además de por otras dolencias, sufrió un ictus el pasado viernes. Personas próximas a este respetado y querido creador, con obra en algunos de los principales museos españoles, incluidos el Reina Sofía o el de Arte Abstracto de Cuenca, eran anoche pesimistas sobre la evolución del maestro. En septiembre de 2016 recibió la Medalla de Plata del Principado.

Alejandro Mieres nació en Astudillo (Palencia), en 1927. Estudió Pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y se instaló en Gijón en 1960, después de obtener la plaza de catedrático en el Instituto Jovellanos. Desde aquella fecha ha formado parte fundamental del paisaje cultural y social de Asturias y Gijón, donde tiene en Viesques una calle con su nombre. Ha sido, además de un destacado militante socialista, fundador y presidente de la Asociación de las Artes Visuales de Asturias. Está considerado como una referencia insoslayable del arte asturiano contemporáneo por sucesivas generaciones de artistas, críticos y aficionados.

Alejandro Mieres, que está acompañado por su familia, recibió un amplio y muy respaldado homenaje en septiembre de 2016, en el Museo Barjola. Organizada y comisariada por Víctor Picallo, se montó una extraordinaria exposición retrospectiva bajo el título "Llegó la noche y no quiero dormir sin memoria". El poeta Antonio Gamoneda, premio "Cervantes" y amigo del pintor, escribió a propósito de aquel homenaje: "Vino a Gijón, vino de Astudillo. Vino Alejandro con su mirada agraria. Trajo un ramo de sueños".

Aquella exposición mostró desde algunos de los primeros dibujos del artista hasta obra de los últimos años. Alejandro Mieres ha permanecido activo hasta edad avanzada. Coincidiendo con aquella muestra se dio cita en el Barjola una amplia representación de la vida social y cultural del Principado, incluidos los expresidentes Pedro de Silva y Vicente Álvarez Areces.

El pintor se autorretrató entonces como un "trabajador nato". Y cuestionó, ingenioso, algunos de los acadecimismos recurrentes y rutinarios: "¿La abastracción, la realidad...? ¡Qué bobadas!".