Son objetos tan hermosos como las palabras que les dan nombre: taumatropo, praxinoscopio, phenakiscopio, miliorama. Y por ahí seguido, hasta llegar a las linternas mágicas, Georges Méliès y sus sorprendentes ilusionismos o aquella primera cámara con la que los hermanos Lumière rodaban y proyectaban, o sea, el cinematógrafo que sustituyó al kinetoscopio. Artilugios que se pueden ver desde ayer en "La feria de las ilusiones", una exposición que es al mismo tiempo espectáculo y con la que la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas (Feten) entrevera las artes, una ya está asentanda en los fundamentos mismos de la cultura (el teatro) y otra mucho más joven pero no menos popular y compleja, el cine.

Este heterogéneo y gozoso muestrario de objetos, con los que el ojo se fue haciendo a la imagen en movimiento y que ahora se expone en el Centro Antiguo Instituto, nos remite a la prehistoria del cine. Es, sin embargo, obra de la veterana compañía teatral madrileña "Producciones Cachivache". "Empecé con esta colección hace casi treinta años", relata Eladio Sánchez, que hizo ayer de locuaz y minucioso cicerone por "La feria de las ilusiones". Es el autor de una propuesta que surgió, como suele pasar con estas cosas, de su flechazo con el séptimo arte: "Aquí está mi pasión por el cine".

"Producciones Cachivache" es una formación que ha mantenido varios espectáculos en los que auna teatro y cine. Y "La feria de las ilusiones" ha acompañado a la compañía como exposición abierta en los vestíbulos de los teatros a raíz de su espectáculo "El sobrino de Méliès", según recordó ayer Eladio Sánchez, acompañado por Víctor Sainz.

Un exposición abierta al público. Y que todo buen aficionado al cine (y también al teatro, claro) no debería perderse. Y en la mejor sala del Antiguo Instituto. Dos actores, el citado Víctor Sainz y Alberto Cavero, harán pases guiados de treinta minutos hasta el próximo viernes, cuando Feten baje sus muchos telones. "La magia de la física y la física de la magia". Así anuncian su propuesta desde "Producciones Cachivache".

La exposición, que se completa con marionetas de su espectáculo "Los poetas van al cine" (dos pases mañana, martes, en el colegio público Jovellanos), se divide en dos zonas. Se reúnen artefactos y mecanismos con los que la humanidad se ha solazado durante más de un milenio, desde el siglo VIII hasta la última centuria. Hemos querido ver imágenes desde que a algunos antepasados les dio por pintar bisontes, ciervos y caballos en las cavernas paleolíticas.

En la primera sección de "La feria de las ilusiones" encontramos muchos de los artilugios de la lenta revolución óptica que dio en el cine: desde la Escalera de Jacob a las imágenes anamórficas, pasando por los entrañables caleidoscopios. La gran fábrica de los sueños se desplegó a partir de imaginativos y humildes artefactos. La segunda zona de la exposición es un "homenaje a los abuelos el cine". Hay linternas mágicas sencillas, de la segunda mitad del siglo XIX. Y hasta con palmatoria o quinqué. Eladio Sánchez tiene especial cariño a una pieza de 1870: "Me la dio un abuelo de San Fernando de Henares". Tiene su película de papel cebolla y todo. Y el visitante encuentra, incluso, el cine más pequeño del mundo sobre ruedas. Está montado sobre un viejo carricoche de niño.

La jornada de la apertura oficial de Feten fue también la de la revalidación del triunfo, en el teatro Jovellanos, de la "Orquestra de Cambra de l'Empordá". Llenazo, al igual que el sábado, para escuchar y ver uno de los espectáculos de mayor potencia de esta vigésimo séptima edición de la feria teatral gijonesa. Una docena de compañías y grupos, además de las llamadas "actividades paralelas" (de Adrián Conde con su "El gran Braulio", en la plaza Seis de Agosto, a la instalación "Automatics", en la Antigua Escuela de Comercio), desplegaron sus espectáculo desde mediodía a medianoche. Doce horas de teatro en todas sus variedades, incluido el estreno de "Los cuervos no se peinan". La compañía riojana "Peloponeso Teatro" propone un viaje visual de la que es autora Maribel Carrasco.

Y primera participación en esta edición de una compañía asturiana. La dirección de Feten ha seleccionado once espectáculos. "Hipnótica Circo Teatro" ocupó la sala de ensayos del Jovellanos con "Buceando el cielo". Submarinismo emocional para todos los públicos. Y más: la castellano-leonesa "Compañía de Teatro Juan Catalina" y la valenciana "La Fam Cía. de Teatre" tomaron el Paseo de Begoña con "El carromato de los sueños" y "The Wolves", respectivamente. Lástima que la tarde se pusiera norteña y cayeran más de cuatro gotas.