Invitó a sus amigos a una fiesta en su casa y acabó en dependencias policiales. A un joven gijonés la celebración terminó yéndosele de las manos cuando impidió la entrada a su madre a la vivienda y arremeter después contra los policías que auxiliaron a la mujer, que volvía del trabajo.

Todo ocurrió el pasado viernes. Una mujer llamó por teléfono a la Policía Nacional para pedir ayuda después de advertirles que no podía entrar en su casa puesto que su hijo, un joven de 25 años, había echado la llave por dentro para evitar su acceso y así poder seguir con sus amigos, a los que había invitado a una fiesta que organizó en el interior de la vivienda. La mujer, que sólo quería entrar en su domicilio, alertó a la policía de los hechos para así lograr su objetivo.

Tras el aviso, los agentes que acudieron al domicilio en cuestión comprobaron que, en efecto, el joven no quería abrirle la puerta para seguir la fiesta con sus amigos. Los agentes, a su llegada al inmueble, escucharon además una música muy alta que provenía del interior, así como las voces de varias personas. Dos hechos que venían a constatar la celebración de una fiesta en su casa que denunció la propietaria, sin su consentimiento.

La llegada de la policía logró que el hijo accediese a abrir la puerta de la casa y permitiese así la entrada de su madre, quien apremió para que todos los amigos abandonasen de inmediato la vivienda y poner fin así a la fiesta. El joven, molesto por el fin inesperado de su celebración, se enfrentó a los agentes de la policía y les increpó y acometió con violencia. Esa actitud motivó que fuese detenido por un delito de atentado a agente de la autoridad, por lo que fue conducido a Comisaría. Allí se constató que el arrestado contaba con antecedentes varios, como delitos de lesiones y contra el patrimonio.

Insultos a un camarero

El fin de semana también tuvo que intervenir la Policía para arrestar a otro vecino de Gijón, de 54 años, que se puso muy violento con los encargados de un establecimiento de la avenida Gaspar García Laviana porque se negaban a servirle consumiciones debido a los incidentes que protagonizó con otros clientes. Pese a la negativa del camarero, el detenido insistió en permanecer en el local en actitud desafiante y chulesca profiriendo insultos y amenazas contra los presentes. Una actitud que mantuvo, incluso, con los policías que intervinieron. Por ello fue detenido por resistencia y desobediencia y, además, se le intervinieron dentro de un calcetín dos trozos de hachís y en el bolsillo del pantalón, una papelina de cocaína.