Ha vuelto a la subdirección del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales (INAEM). Ocupó ese mismo puesto entre 2004 y 2008. Filólogo y administrador general del Estado, Fernando Cerón (Madrid, 1966) estuvo ayer en Gijón para ver algunas de las propuestas de Feten. Aprovechó para la visita para ver y hablar de teatro.
-El actor Pedro Casablanc decía ayer en LA NUEVA ESPAÑA que el teatro está en "franca decadencia". ¿Es así?
-No lo creo. Tiene algo que no tienen otras artes, el directo. Podrá pasar grandes crisis, tener momentos de mayor o menor esplendor, pero no estar en decadencia; ni en España, ni en ningún otro sitio. Quizás sea una declaración influida por la obra que hace, "Yo, Feuerbach".
-Bueno, afirma que vivimos un momento mediocre, de escasa reflexión...
-Quizás de banalidad, reflejo de nuestra sociedad. Y la banalidad en la cultura es algo tristísimo. Pero creo que el teatro está menos imbuido de esa banalidad, en referencia a la superficialidad, a no llegar a lo profundo. El teatro no puede hacer eso porque es contrario a su esencia.
- ¿La última crisis económica cómo ha afectado al teatro?
-Muchísimo a los sistemas de producción, a las giras. Antes de la crisis el teatro curcuitaba más. Los Ayuntamientos, por ejemplo, eran grandes exhidores. Todo eso se vino abajo. Se está recuperando, pero lo que se ha perdido es tan grande que costará años, al menos cinco, volver a la anterior situación. La crisis afectó de manera brutal. Casi ninguna productora se plantea montajes con más de cuatro o cinco actores. Una excepción es el Teatro Español de Madrid con "El ángel exterminador", la versión teatral que ha hecho Blanca Portillo de la película de Buñuel.
-¿Y el asunto tan debatido del IVA?
-Ha repercutido, pero es cierto que el sector no se atrevió en su momento a hacer una reivindicación incluso más importante: la bajada del IVA de los cahés artísticos, que siguen en el 21 por ciento. Es una de las reflexiones que ha de hacer el sector. Esa bajada hará posible que la producción pueda recobrar pulso. Sí, sí afectó de forma importante. En realidad los teatros no repercutieron aquella subida en el precio de las entradas y la asumieron ellos, lo que ha hecho que las producciones disminuyeran de manera drástica.
-¿Desde el Ministerio de Cultura se hace lo suficiente por el teatro español?
-¡Qué voy a decir yo! Somos Ministerio y nuestra posición es complementaria. El Estado no tiene el conjunto de las competencias culturales, que están en manos de las comunidades autónomas y los entes locales. El Estado debe estar en la creación de un tejido: giras, circuitos... tiene la misión de aglutinar en torno a una cultura común.
-En países como Francia hay un mayor compromiso con el teatro, el cine, la cultura...
-Evidentemente. La percepción que hay de la cultura en Francia no es la de España. No es tanto un problema de los poderes públicos como de la propia sociedad.
-¿Y cuál es su opinión de Feten?
-En cuanto a feria, es la segunda más importante de España después de la de Tárrega, y es la más destacada como cita para la infancia y la juventud. Está entre las catorce ferias-mercado. Y es, como digo, la más importante en su sector y la que tiene más fuerza en la distribución de ese tipo de teatro. Hay que decir que estamos ante un teatro que admite muchos más formatos, investigación. Pretende crear espectadores y ciudadanos, que ya lo son, pero que incide en la formación. La responsabilidad del creador ahí es, entonces, muy importante. Tienen que estar claros los modelos. Por lo demás, creo que el conjunto del teatro español apuesta bastante por la experimentación y las nuevas dramaturgias.
-Desde Acción Cultural Española se brinda más colaboración a Feten y se dice que el gran reto de esta feria es la internacionalización. ¿Está de acuerdo?
-Estoy de acuerdo, pero es el gran reto de la cultura española y de su teatro. Todavía no estamos en la primera división. Somos muy receptores de espectáculos internacionales, pero no exportamos. En muchos casos es por desconocimiento del programador internacional. Este año, en Feten, se ha visto un cambio importante. Hay bastantes programadores internacionales y, por lo que sé, también movimiento. Han venido de República Dominicana, de Francia o de China, que está comprando bastante. Es un sector en el que se puede vender mucho: el nivel del teatro español para niños es equiparable al de Francia y Alemania.
-Pero ¿de quién depende esa internacionalización?
-Es cierto que depende mucho de nosotros, los poderes públicos. La existencia de Acción Cultural Española está siendo muy buena en esa labor.
-Si usted fuera el director de Feten, ¿por qué apostaría?
-No voy a dar lecciones a la dirección de Feten, que lo hace muy bien. Insistiría más en el asunto del mercado, con espacios para que las compañías puedan vender sus obras.
