Los ramos de novia ahora también se llevan colgados. Floristas de distintos puntos de España presentaron ayer en Gijón sus últimas propuestas para bodas, en las que dominan el color púrpura y el empleo de resinas y plásticos. Los especialistas apuestan por collares y cuellos de pétalos en sustitución de los ramos de toda la vida. En ellos tienen casi más protagonismo otros materiales que las propias flores. Son flores, además, preservadas "para que se conserven para siempre", como explicaron los profesores de una escuela de arte floral de Barcelona, Nuria Simón y Didac Pérez, dentro del Congreso nacional del sector, que acoge la ciudad hasta mañana.
La propuesta de Nuria Simón fue un collar, cuya estructura fue realizada con resina epóxica -es transparente y parece un cristal-, a la que fue añadiendo, durante su demostración en vivo, diferentes flores por medio de alambres. "El objetivo es darle movimiento al collar", matizó. Por su parte, su compañero Didac Pérez utilizó un tubo de manguera transparente, que recortado en numerosos trozos se convirtió en un gran cuello con adornos florales. Estos innovadores materiales, apuntó Pérez, tienen "muchas aplicaciones, pero siempre hay que buscar la que mejor nos convenga".
La de los catalanes no fue la única demostración ayer en el recinto ferial Luis Adaro. Durante todo el día pasaron por el escenario del pabellón número tres multitud de profesionales. Además, de forma paralela al congreso y en el mismo espacio, se celebró la primera jornada de la Copa de España de Arte Floral, cuyos trabajos finales se expondrán al público mañana de 9 a 14 horas -la entrada será libre-. Hoy, a las 20.15 horas, se entregarán los premios a los campeones.
