EdP no se limita a señalar que dejar las cosas como están evitaría el aumento de emisiones a la atmósfera derivados de la sustitución del gas siderúrgico (el de los hornos altos y el de las futuras baterías de coque) por carbón en la térmica de Aboño. Añade que impedir la construcción de la central eléctrica de Arcelor evitaría el impacto ambiental de la linea de alta tensión de más de 5 kilómetros necesaria para evacuar la electricidad de la futura planta y que tampoco se producirían los impactos derivados de los penachos de las torres de refrigeración.
La compañía eléctrica no se para ahí, sino que apunta que si Arcelor pasa a quemar sus gases en una central propia se podrían ocasionar "impactos para el medio ambiente y la salud de las personas potencialmente significativos" al tener que quemar en antorchas gases de las futuras baterías de coque, que contienen "sustancias tóxicas", durante las paradas de la futura central eléctrica de Arcelor, para la que la propia siderúrgica cifra en un 5% de indisponibilidad, cálculo que considera muy optimista EdP dado que no incluye las paradas para mantenimiento y reparación. En contraposición, EdP señala que si los gases se siguieran yendo a la térmica de Aboño, no tendrían nunca que quemarse en antorchas debido a que esta central térmica cuenta con dos grupos y siempre hay alguno de ellos en funcionamiento.
Además, la compañía eléctrica apunta que el estudio de impacto ambiental no incluye una justificacióndel proyecto desde el punto de vista energético, "que justifique la necesidad de la instalación desde el punto de vista de demanda eléctrica", que además sea coherente con la Planificación Energética Nacional y la normativa vigente.
En términos generales, EdP sostiene que el estudio ambiental presentado por Arcelor incumple la normativa de evaluación ambiental por información imprecisa, incorrecta e insuficiente sobre el proyecto, sobre sus impactos y efectos y sobre las medidas preventivas necesarias.
Además de cuestionar la necesidad de la instalación proyectada, EdP también pone reparos a otros aspectos del estudio de impacto ambiental. Entre otras cosas, señala que el estudio de Arcelor omite los "efectos acumulativos" de una nueva central térmica en una zona fuertemente industrializada, resaltando "la proximidad de la nueva instalación a la población de Monteana, lo que hace necesaria una evaluación detallada de los efectos en esa ubicación", una de las zonas de asturias con peor calidad ambiental, por la contaminación industrial.
Además de cómo afectaría la nueva planta a Monteana, EdP también echa en falta estudios sobre cómo incidiría el proyecto en la Zona de Especial Protección para las Aves de la que forman parte los embalses de San Andrés de los Tacones, la Granda, Trasona y la Furta, dado que la planta se refrigeraría captando 470 m3 de agua a la hora del embalse de San Andrés y sobre la fauna y flora del mismo.
La propietaria de la térmica de Aboño también alerta de que en la parcela en la que Arcelor quiere levantar su central eléctrica están prohibidas construcciones por el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental al ser un área de riesgo de inundación del río Pinzales.
Entre los ocho estudios que echa en falta EdP en el documento de Arcelor también figura uno sobre dispersión de los gases emitidos en una "extensión de al menos 20 kilómetros, para reflejar el impacto real de la instalación" y cuestiona el estudio aportado por Arcelor para justificar que es suficiente que la nueva planta cuente con una chimenea de 80 metros de altura (la de la térmica de Aboño es de 225 metros). La compañía lusa también reclama otro estudio sobre el incremento de ozono en el área central de Asturias, al menos en un radio de 20 kilómetros, por las emisiones de óxidos de nitrógeno de la central proyectada.
EdP también pide que se valoren los impactos de las instalaciones auxiliares de la planta proyectada, considera que el estudio ambiental de Arcelor contiene incongruencias en los datos sobre emisiones atmosféricas, no justifica sus conclusiones sobre emisión de ruidos; no contempla alternativas a la captación de agua para refrigeración del embalse de San Andrés de los Tacones, plantea realizar los vertidos a un colector de aguas industriales que no está operativo, no especifica las infraestructuras necesarias para suministrar el gas a la central, no justifica la posibilidad de conexión con la red de gas natural (que se usaría como combustible de reserva), ni prevé el soterramiento o trazados alternativos de la linea de alta tensión para evacuar la energía.
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