Acostumbrados al movimiento de tierra, a las demoliciones, y a sentar sólidas bases para todo tipo de construcciones posteriores, a los Fernández Estébanez sólo hay que preguntarles por las razones del premio "Familia empresaria" que hoy reciben en el Club de Regatas, para que pongan el foco fuera de su casa, pero aludiendo a grandes pilares que tienen muy cerca. "El mérito es de habernos sabido rodear de una gran plantilla. Si por algo nos enorgullece este premio, que en el plano personal y familiar nos da cierto pudor, es porque a nivel colectivo supone un gran orgullo. Es el reconocimiento externo a la labor de mucha gente, buenos compañeros y mejores profesionales, que siempre han remado por el bien de la empresa", sostiene Vicente Fernández Estébanez, segunda generación -junto a sus hermanos, Marcos, Luis y Carmen- al frente de Excade.

La firma, hoy asentada en el Polígono de Somonte, nació en 1985 por la iniciativa de un gijonés que soñaba con ser un buen mecánico, Agustín Fernández Carril, y gracias al empuje de su esposa, Carmen Estébanez -fallecida en 2005-. Con la escasa plantilla formada por Fernández Carril al frente, y a su lado otro mecánico, Kike Menéndez, y un palista, José Montes, daba sus primeros pasos con sede en La Juvería (Tremañes) la firma Excade. "El teléfono que figuraba en la guía como referencia de la empresa era el de mi domicilio particular y mis hijos, que entonces tenían entre 10 y 15 años, eran los 'administrativos' que cogían los avisos", relataba hace unos años Agustín Fernández Carril.

Tres décadas después Excade tiene cerca de sesenta familias en nómina, llega al centenar de empleos bajo su influencia, además de una clientela sólida y fiel, a la que nunca se cansan de dar gracias. "Los comienzos no fueron fáciles pero por suerte siempre nos vimos rodeados de excelentes clientes y grandes colaboradores, que confiaron en el buen hacer de Agustín y eso permitió el sostenimiento de la empresa. Y, años más tarde, con nuestra incorporación -sus hijos- y de personal altamente cualificado, se facilitó el crecimiento de la misma". Incluso en momentos tan duros para el sector de la construcción como los pasados, tal como explica Marcos Fernández.

El premio que hoy les entregará en el Club de Regatas el presidente de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar, Pedro Ortea, en presencia de autoridades locales y regionales, reconoce "el fuerte liderazgo y competitividad en la ejecución de obras ligadas al movimiento de tierras y sus respectivas actividades derivadas, contribuyendo al mantenimiento y desarrollo de las infraestructuras de nuestra tierra". También se hace alusión a la "extraordinaria cohesión familiar que ha caracterizado la gestión del negocio desde sus inicios, así como el gran compromiso e indentificación de sus empleados con la empresa familiar". Y se reseña, igualmente, la apuesta "por la investigación y nuevas técnicas ligadas a su sector".

El argayo de la AS-29, entre La Regla y el Pozo de las Mujeres Muertas ha sido su última contribución a la región como empresa especializada. Otras obras singulares de estos años han sido desde intervenciones en la Ruta del Cares a dragados de puertos y ríos, o su presencia permanente como empresa auxiliar de Arcelor. Dice Luis Fernández Estébanez que cuando alguien entra en las oficinas de Excade y pregunta por la foto de una amplia plantilla que se muestra en una pared nunca dicen que son los trabajadores de Excade: "siempre digo que son la familia".