Una exposición que da pistas sobre algunos de los caminos por los que transitan varios artistas que postulan, aunque con notables particularidades, una representación matizada de la realidad. "Figuración contemporánea" es el título bajo el que la sala Aurora Vigil-Escalera inaugurará mañana, viernes, una muestra en la que reúne obras de seis artistas menores de cincuenta años (la mayoría nació a mediados de los setenta) que incluyen pintura, escultura y fotografía.

La definición conocida de figurativo como opuesto a abstracto tiene aquí plena justificación. Pero hay diferencias sustanciales entre los seleccionados. Y no sólo por la disciplina en la que se expresan. Aurora Vigil-Escalera, que ha venido apostando por autores como Jorge Hernández (Huelva, 1973) o David Morago (Madrid, 1975), incorpora ahora a su galería otros nombres de contrastada trayectoria e interés. Son Alejandro Bombín (Madrid, 1985), Samuel Salcedo (Barcelona, 1975), Gerard Mas (Sant Feliu de Guíxols, 1976)y Paula Anta (Madrid, 1975).

Hernández comparece con su pintura narrativa, un punto onírica, literaria y cinematográfica. Morago mantiene su interés por el mundo animal, plasmado con una sobresaliente técnica desarrollada con acrílicos y lápices de colores. Bombín ofrece una serie de acrílicos sobre tela o papel en los resulta evidente su preocupación por un mundo saturado de imágenes y por la precariedad de éstas. Salcedo recurre a materiales industriales, como el aluminio, para plantear una escultura que es también, en muchos sentidos, una indagación sobre la máscara y sus temas. Mas ofrece en sus figuras tridimensionales hechas con resinas una reinterpretación (un chicle, una pinza...) de piezas y composiciones canónicas; una mirada a la tradición que no excluye el humor o la ironía. Y Anta aporta una breve selección de su serie fotográfica "Laal" : paisajes intervenidos en los que la artista estable relaciones entre artificio y naturaleza. Una exposición de gran variedad.