Gijón precisa "con urgencia" más medios personales y materiales para cubrir las necesidades de servicio de los Bomberos de Gijón. El clamor volvió a oírse ayer en la celebración del patrón de estos funcionarios, San Juan de Dios, que de nuevo tuvo una importante carga de reivindicación. Y ya son muchos los festejos patronales que lleva el Ayuntamiento y el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón (Serpeis) exigiendo ampliar el número de plazas -actualmente hay 83 profesionales que trabajan en las instalaciones de Roces- para poder hacer frente a todas las demandas de un servicio. Demandas que en el año 2017 se concretaron en 2.299 intervenciones, de las que 503 fueron por incendios, 1.556 por salvamentos y otras 240 asistencias técnicas.

"No estamos hablando de mejoras, sino de necesidades insoslayables, hay carencias palpables que tenemos por decisiones de otras administraciones; sentimos una gran impotencia ante esta situación anómala", denunció la alcaldesa, Carmen Moriyón, durante su intervención, en la que recordó la paradoja de que el Ayuntamiento tiene dinero para hacer frente a ese aumento de plazas que demanda, pero es el Gobierno central -por las leyes aun vigentes de control del gasto público- quien lo frena. Al tiempo, puso como ejemplo de agravio comparativo a ciudades como Vigo, La Coruña o Vitoria -similares en organización poblacional a Gijón- que disponen de entre 130 y 156 efectivos. "No debemos esperar; necesitamos otros 17 técnicos en extinción de incendios", imploró Moriyón tras loar la labor de los bomberos locales.

A falta de más manos buenas son nuevas herramientas. Ayer se presentó un nuevo vehículo multisocorro y se les prometió a los bomberos nuevos medios materiales. Por ejemplo, un sistema de comunicación craneal, instalado en el caso, que les permitirá transmitir y recibir información en modo "manos libres", mejorando la audición y comunicación. También dispondrá el parque de un novedoso sistema de recepción de llamadas y partes, que solventará los fallos percibidos con el actual sistema "que cada vez eran más frecuentes", reconoció Moriyón. Nuevos serán los equipos de respiración autónoma que suministran aire respirable o un centro de recarga de botellas. "Más eficacia y más seguridad", apostilló la regidora.

En esta edición de la fiesta patronal también estuvo muy presente el incendio en el desguace de la empresa Daniel G. Riestra -ocurrido a principios de enero en la parroquia de San Andrés de los Tacones- y su efectiva y rápida extinción. Tanto Fernando García Álvarez, jefe del servicio, como el concejal del ramo, Esteban Aparicio, tuvieron elogios y palabras de gratitud por el buen hacer y coordinación demostrado.

Tras los discursos fue tiempo de entrega de distinciones y reconocimientos. Los receptores de estos galardones fueron: Valentín Cuesta, jefe honorífico de Protección Civil; José Víctor Fernández, jefe de bomberos de Gijón; José Ignacio Orviz, técnico especialista jubilado de bomberos de Gijón; Eugenio García, gerente del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias; Guillermo López Rodríguez, jefe de bomberos de Arcelor-Mittal; Anastasio José López, jefe de servicio de la EMA; Javier Castro, gerente de Auxquimia; José Eduardo Collado, Inspector de la Policía Científica de Gijón; Avelino Torres Alonso, Teniente del SEPRONA de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón y José Antonio Marrón, Subinspector de la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local de Gijón. Como ya viene siendo habitual, la cita en el parque de Roces concluyó con una ofrenda floral al busto que recuerda a los dos bomberos fallecidos en 2005 en acto de servicio, José Antonio Regueiro y José Ramón Bulnes.