El campo de hierba sintético para uso preferente femenino se ha embarrado antes siquiera de diseñarse su proyecto. La estimación realizada por un arquitecto que fija el coste total de la obra en 3,7 millones de euros ha sorprendido a todos los estamentos y ha atizado el fuego de la polémica que ya había prendido por la ubicación elegida. Tras manejar varias opciones, el pasado enero se acordó finalmente que se ubicase anexo al campo de La Cruz, lo que afectaría al parque de Los Pericones y al Bosque de la Memoria, creado en 2010 a iniciativa del Comité Ciudadano Anti-Sida de Asturias. La viabilidad del proyecto, en los términos mencionados, no queda clara, por más que se hubiera aprobado ya en el pleno de mayo de 2016 a proposición de Xixón sí puede.
Fuentes municipales avalaron ayer la continuidad del proyecto, aunque introdujeron algunos matices significativos que pueden allanar el campo. En primer lugar, se rechaza que el coste de la obra vaya a ser de 3,7 millones de euros. Esa cifra es resultado del estudio realizado por un arquitecto, pero desde el equipo de gobierno se precisa que aún no hay un presupuesto definitivo puesto que ni siquiera se ha diseñado el proyecto. La mirada se vuelve entonces hacia el campo de Los Pericones, en el que juega el Manuel Rubio, sito a pocos metros de La Cruz, pero en unas condiciones del terreno similares. Este campo, que se inauguró en diciembre de 2008, tuvo un coste de 1,3 millones de euros.
Si el nuevo campo para el fútbol femenino se moviera en estas cifras, el proyecto seguiría adelante a pesar de la polvareda. El Ayuntamiento tiene previstas alternativas para contentar a todos los agentes sociales implicados. La idea que se maneja en el consistorio sería la de reubicar el Bosque de la Memoria, al que se buscaría un nuevo ámbito siempre dentro del parque de Los Pericones. El Ayuntamiento medita replantar los 200 árboles que lo forman y tener algún gesto con el Comité Anti-Sida, introduciendo alguna mejora en el Bosque.
Si finalmente el proyecto no pudiera superar la barrera, el gobierno municipal recuperaría una de las ubicaciones que se había barajado inicialmente y que había sido descartada en beneficio de la actualmente planteada. El campo se trasladaría entonces al entorno de la gasolinera de Ceares. Esta reubicación tendría algunos inconvenientes evidentes. El primero, sería el tiempo añadido. Los terrenos que se están estudiando no son ahora mismo de titularidad municipal y tampoco tienen la calificación urbanística adecuada para la construcción de una instalación deportiva.
Por todo ello, el Ayuntamiento tendría que alcanzar un acuerdo económico con el actual propietario, que se anuncia costoso para las arcas municipales. Además de la cuestión financiera, otro problema añadido sería que habría que esperar a la aprobación del Plan General de Ordenación (PGO), lo que podría demorar el inicio de las obras, puesto que la previsión es aprobarlo a finales de año.
