"Crisis territorial y cambio constitucional" es el título de la conferencia que Carolina Bescansa dará hoy, invitada por la Sociedad Cultural Gijonesa, a las 19.30 horas, en el centro municipal de El Llano.

- ¿Cuál es o son las causas de la crisis territorial de la que hablará en su conferencia?

-Tiene que ver con el desarrollo del Estado autonómico desde el propio nacimiento de la Constitución. Un desarrollo desigual de las distintas Comunidades Autónomas desde los años ochenta. Probablemente hay dos elementos muy importantes que han profundizado esta crisis en el tiempo: el primero tiene que ver con la falta de equidad y de transparencia con que se ha negociado sistemáticamente la financiación autonómica y como se hizo depender del voto de partidos de anclaje territorial restringido para aprobar grandes decisiones de Estado, como los Presupuestos Generales o la investidura del presidente del Gobierno y, por otro lado, la inexistencia de un espacio de representación política de los entes federados o Comunidades Autónomas que corresponsabilizase a cada uno de los territorios en la toma de decisiones de aquellas cuestiones que directamente les afectan, la más importante la financiación autonómica.

- ¿Se puede ser de izquierda y nacionalista?

-Creo que existen muchas izquierdas y muchas formas de nacionalismo y no tiene nada que ver lo que significa el nacionalismo en Europa o lo que significa en América, es decir, hay muchas variaciones y muchos componentes. Pero creo que lo que se está discutiendo en nuestro país tiene mucho que ver con el principio de igualdad antes que con cualquier otro debate.

- ¿Se equivocó Podemos con su táctica con respecto al "procés"?

-Creo que la crisis política catalana ha generado un escenario envenenado, en donde dos partes confrontadas encarnadas en el presidente de la Generalitat de Cataluña y en el presidente del Gobierno de España han manipulado y tergiversado los términos del debate, de tal manera que pareció que quien no estaba de acuerdo con Rajoy no era un buen español y quien no estaba de acuerdo con Puigdemont no era un buen catalán. Esa trampa lastró todo el debate y es imprescindible que la desarticulemos para poder buscar soluciones al problema.

- O sea, ¿el problema catalán es una riña entre derechas?

-Sigo creyendo que esto de la izquierda y la derecha hace aguas para explicar lo que nos está pasando en España y en Cataluña. Nos entenderíamos mejor si lo hiciéramos, por ejemplo, entre corruptos y no corruptos.

- Ada Colau y los Comunes parece que pesan bastante en Podemos...

-Lógicamente son nuestros aliados en Cataluña y los entendemos como una fuerza hermana con la que tenemos una interlocución muy buena.

- Hace meses advirtió usted de que el discurso de Podemos sobre el "procés" no estaba siendo entendido en el resto de España. Las últimas encuestas de intención de voto parece que lo demuestran: un descenso de Podemos y un ascenso de la nueva derecha encarnada por Ciudadanos...

-Creo que nosotros tendríamos que haber hablado más de la crisis territorial española y dejar que los compañeros en Cataluña se encargasen de hablar de la crisis política catalana, que son dos cosas diferentes que requieren soluciones diferentes y que afectan a ámbitos diferentes.

- ¿Cree que la ciudadanía está pendiente de la crisis territorial de la que habla o mejor de salvaguardar las pensiones, uno de los últimos bastiones del Estado del Bienestar?

-La gente está muy interesada en que el dinero en España se reparta de manera equitativa en función de las necesidades y no de las negociaciones que se hacen en el Congreso de los Diputados. El problema territorial de España tiene mucho que ver con la desigualdad social vinculada a los territorios, y a la gente le importa mucho y con razón.

- ¿Y las pensiones?

-Lo que ha ocurrido con las pensiones expresa muy bien una de las partes más dramáticas de la crisis y una de las grandes trampas del discurso de la recuperación. La movilización de los pensionistas es una esperanza para el proceso de cambio político.

- ¿Qué impide que exista un gran pacto por la izquierda?

-No creo que tengamos que hacer un gran pacto por la izquierda, lo que se necesita es un gran pacto por la mayoría social.

- ¿Podemos se equivocó con su "sorpasso" al PSOE?

-Hay un momento en el cual hay un gran desajuste entre lo que se creía que iba a pasar y lo que finalmente ocurrió. Cuando se hace un mal análisis de lo que se cree que va a pasar seguramente las conclusiones que se sacan no son las más acertadas. Pero el bloqueo, no nos olvidemos, vino del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos.

- Antes comentaba usted que ya no se puede hablar, en su opinión, de izquierda y derecha. ¿Qué puede pensar un votante gijonés de izquierda al ver que la marca local de Podemos, Xixón Sí Puede, mantiene en el gobierno municipal a Foro, un partido de derechas fundado por Francisco Álvarez-Cascos?

-La verdad que no es muy fácil convivir con un escenario tan complicado a nivel municipal como el que se produjo en Gijón tras las elecciones locales. Creo que hay situaciones en las que lamentablemente todas las opciones son malas.

- Pero PSOE, IU y Xixón Sí Puede hubieran tenido mayoría...

-Seguramente el problema está en seguir utilizando los términos izquierda y derecha como si las personas que llevan esas etiquetas luego fueran leales a los contenidos que se les suponen, y en Asturias tienen ustedes mucha experiencia sobre como esas etiquetas han servido de máscara para políticas profundamente injustas.

- ¿Las "heridas" de Vistalegre II están curadas?

-Lo que hizo fue definir una mayoría sólida y una línea política que cada vez parece más clara. Marcó un antes y un después de Podemos.