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JAVIER DÍEZ-ENA | Músico, presenta hoy en el Antiguo Instituto su "Theremonial"

"El theremín es difícil de tocar, pero ya experimentas algo único desde el inicio"

"Lo que propongo con 'Theremonial' es como un viaje; es un instrumento muy complicado de afinar y pretendo alcanzar un punto musical diferente"

Javier Díez-Ena, con un theremín.

Músico y periodista, el zaragozano Javier Díez-Ena (1974) es, quizás, el más conocido thereminista español. Es el autor de "Theremonial", álbum que publicó hace un año y compuso con un instrumento casi desconocido por el gran público. Lo presenta hoy, en el marco de los Encuentros de Música Electroacústica (20.00 horas), en el Antiguo Instituto.

-¿Qué es el theremín?

-El primer instrumento electrónico que ha llegado hasta nuestros días y que, además, se toca sin tocar porque se hace con las manos en el aire. El sonido se produce por dos campos electromagnéticos, gracias a las dos antenas que tiene el theremín. Dentro del aparato hay dos osciladores de frecuencia variable, así que, cuando se mueven las manos en torno a las antenas, se controlan frecuencia y amplitud. Es el antecedente de todos los sintetizadores modernos y como el padrino de la música electrónica. Su timbre está a medio camino entre una voz humana, un violín o un chelo, y se ha utilizado mucho en películas de ciencia ficción o escenas referidas a la alteración de conciencia.

-¿Cómo que se toca sin tocar?

-Bueno, es que no hay fricción: nos dejamos llevar por el oído; con mucha concentración, podemos hacer melodías.

-He leído que Lenin llegó a apoyar los conciertos de theremín?

-Sí tuvo su importancia para el instrumento porque apoyó a Léon Theremin, el inventor, para que hiciera giras de presentación por la Unión Soviética, Europa y Estados Unidos. Y llegó, además, a recibir clases de theremín. Sí, fue fundamental en la difusión.

- ¿Y a usted qué le sedujo del theremín?

-Me ha gustado siempre tocar instrumentos diferentes. Desde el principio, me interesó mucho el timbre y que es un instrumento único. Logré comprarme uno, casi como curiosidad; de esa curiosidad, nació la pasión. Es difícil de tocar, pero desde el primer momento experimentas algo único. Está la magia de poner las manos en el aire y hacer música.

-¿Cuántos thereministas hay en España? Imagino que no es un gremio muy poblado.

-No me atrevo a dar una cifra, pero que vayamos en serio, o sea, que nos tomemos el theremín igual que cualquier otro instrumento musical, diría que no somos más de quince o veinte. Afortunadamente, en estos últimos años hay más afición. Somos poquitos y muy repartidos, pero los hay en toda España.

-El theremín empezó a ser más conocido por la serie "The Big Bang Theory".

-Absolutamente, fue un bombazo. Ayudó a vender muchos theremines y a popularizar el instrumento.

-Antes hablaba del timbre. ¿Qué le gusta del sonido del theremín?

-Los theremines modernos tienen tal magnitud de octavas que abarcan desde el sonido de un contrabajo hasta los agudos. Su tesitura es amplísima. Eso me atrae mucho.

-¿Qué es lo que propone en su último álbum, "Theremonial"?

-Lo que planteo es que con el theremín también se pueden tocar temas compuestos. Mi apuesta es que cumpla las funciones de una banda: bajos, percusiones, alguna armonía... Son todos temas míos y lo que propongo es como un viaje. Es un instrumento muy complicado de afinar, así que lo que pretendo es alcanzar un punto musical muy diferente. Creo que le interesará a la gente.

-¿Por qué compuso el álbum durante las noches?

-Por una razón muy sencilla: fui padre. El theremín me ha dado la posibilidad de grabar con cascos, así que no molestaba. La noche suele ser inspiradora, así que fue el momento idóneo para grabar el disco.

-¿Las composiciones son fielmente reproducibles tal y como fueron compuestas?

-Es interesante que lo pregunte. Algunas son muy parecidas a lo que he grabado, y otras, no tanto. Yo hago todas las grabaciones en tiempo real, haciendo todas las capas, y hay temas que tienen muchas capas en el disco. En directo, digamos que hago una versión más minimalista, reducida, porque si hago todas esas capas, todos esos "loops", la gente se aburriría esperando el momento de la melodía.

-¿Hay un componente aleatorio, digamos, en cada concierto?

-Sí lo hay. El aparato es muy difícil de tocar y no siempre sale todo de la misma manera. Y hay un componente de improvisación.

-¿Por qué el theremín no es popular entre los músicos?

-Es un poco frustrante porque lleva tiempo aprender a tocarlo. Es complicado, así que mucha gente abandona y eso le resta popularidad. Para que se difunda, el instrumento requiere apoyo.

-¿Se escribe música para theremín?

-Sí, la hay.

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