La familia de Rodolfo Pico depositó el pasado jueves, en el Museo Casa Natal Jovellanos, el archivo documental de Rodolfo Pico, el artista fallecido en 2017, a los 64 años. Una vez ordenados los materiales, los técnicos municipales de Bellas Artes digitalizarán y catalogarán toda esa documentación referida a uno de los pintores asturianos más destacados de su generación, la formada por creadores como Pelayo Ortega, Melquíades Álvarez y el también desaparecido Javier del Río, entre otros.
Ese archivo será una herramienta fundamental para el estudio de la obra de un artista que desplegó un mundo plástico muy personal, teñido en ocasiones de una aquilatada sentimentalidad que venía también del cine o la literatura, así como de algún rasgo irónico y de un muy peculiar tratamiento del color y de la figura. Su obra entronca con una tradición gozosa de la pintura, en la que confluyen pintores de distinta inspiración. El crítico Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes, ha hablado en este sentido de "afrancesamiento" compositivo del asturiano.
Rodolfo Pico nació en Valdés pero se afincó desde muy joven en Gijón. Dos meses antes de su muerte, el artista había inaugurado una muy importante exposición en el Museo Evaristo Valle. Una muestra que le confirmaba como un pintor imprescindible en el recuento del arte contemporáneo asturiano.
La concejala de Cultura, Montserrat López, ha anunciado que el departamento que dirige trabaja en la organización de una próxima exposición que servirá, asimismo, de homenaje a un artista desaparecido prematuramente y "cuando mejor estaba pintando", según dijo entonces su amigo Pelayo Ortega.
