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El Elisburu exprime el deporte

El centro gijonés utiliza la educación física como eje dinamizador de sus estudios para inculcar a los alumnos sus hábitos y valores

Los alumnos, en su visita a El Molinón. LNE

Que a los niños les guste hacer deporte. Ese es objetivo que se plantearon, hace ya unos años, en el colegio público Julián Gómez Elisburu. Un proyecto que, tras cursos de esfuerzo, este mismo mes tuvo su reconocimiento por parte de las autoridades educativos, en forma de reconocimento del Elisburu como "Centro Escolar promotor de la Actividad Física y la Salud". Sin embargo, el resultado, hace ya mucho que es palpable. "Tenemos exalumnos que ahora son monitores de actividades deportivas en el patio. Ese es nuestro mayor orgullo", reconoce Luisa María Lendínez, directora del centro y profesora de Educación Física, "queremos que ellos sigan sembrando la semilla entre los más pequeños".

Porque en el Elisburu, la Educación Física no es una asignatura más. "A través del deporte tratamos competencias de otras materias", explica Raquel García, profesora de Educación Física del centro, "les hacemos calcular sus periodos de recuperación o que escriban una redacción sobre sus excursiones deportivas", ejemplifica. Con ello, consiguen que los alumnos se impliquen más en materias como Matemáticas o Lengua. "Si les mandas un problema del libro, igual les cuesta más hacerlo, pero si hacen lo mismo respecto a sus marcas deportivas, por ejemplo, les motiva mucho más", sostiene García.

Esta docente tiene claro que "las horas de Educación Física son las que son, pero no lloramos, buscamos soluciones" para que ese tiempo escaso cunda mucho más. Así, lo que intentan es "motivarles para que sigan haciendo deporte en su tiempo libre", y eso en parte se logra ofreciendo a los más pequeños probar y descubrir toda clase de deportes a los que luego pueden engancharse. Desde surf a rugby, pasando por la escalada, el skate o la lucha olímpica. "Queremos desterrar esa frase de 'el deporte no es para mí'", enfatiza García, "todo lo que van logrando se convierte en una gran satisfacción para ellos. Es muy positivo". Unos sentimientos que luego se ven reflejados en el aula: "están más motivados, todo suma", asegura Lendínez, quien remarca que "buscamos inculcar a los niños unos valores más allá de la competición, como el esfuerzo o la superación". Además de los hábitos de vida saludables, con el combate al sedentarismo creciente y la obesidad campante.

En el Elisburu tampoco descuidan el objetivo de hacer llegar también el mensaje a los padres. "Tenemos que hacerles ver que la educación física no es tiempo perdido, que los niños ganan en autonomía o hábitos muy positivos para su futuro", explican las educadoras, que además abogan por "aprovechar todos los recursos que ofrece Gijón". Así, los alumnos realizan salidas a El Molinón, Las Mestas o el Palacio de Deportes, para descrubrir todo tipo de actividad deportiva.

Todo con una doble intención: "que aprendan competencias con el eje dinamizador de la Educación Física" y, por otro lado, "haciéndoles ver que la actividad física es agradable y necesaria para la salud futura". Ya se sabe, "mens sana in corpore sano". Porque, además, es muy conveniente para mejorar el rendimiento acadacémico.

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