"No podemos pensar en sociedades sostenibles desde un punto de vista económico si no son sostenibles desde un punto de vista humano". Es la advertencia que ayer lanzó Belén Navarro, trabajadora social y coordinadora del Instituto Almeriense de Tutela en la inauguración de los actos con motivo del Día Internacional del Trabajo Social, que se celebra hoy. Las actividades de este año se han puesto en marcha bajo el paraguas de la innovación y la sostenibilidad, recuerda Belén Murillo, presidenta del Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias, para dar respuesta a los nuevos retos de futuro.

Entre ellos, como señaló Navarro en su intervención, "darnos cuenta de que una sociedad sostenible no tiene que ser una sociedad económicamente productiva, tiene que ser una sociedad que no deje atrás a la gente que está en mayor vulnerabilidad". Por ello, el sector defiende que el suyo es un trabajo corrector de las desigualdades que "debe ser capaz de ofrecer respuestas a la sociedad en tiempos tan inciertos como los que tenemos hoy".

Problema de sistemas

Los retos de futuro pasan por el desarrollo comunitario y "entender que los problemas de la sociedad no son individuales sino relativos a los sistemas", y por eso la mayor dificultad que afrontan los trabajadores sociales es la de ponerse manos a la obra en "unos sistemas que están generando exclusión y vulnerabilidad y ayudar a que haya menos desigualdades", indicó Belén Navarro.