"El año pasado se gastaron 44 millones en pagar deuda a los bancos. En servicios sociales sólo se ejecutaron 24 millones y parece que ese es el pecado". Ana Castaño, edil de Izquierda Unida, también hizo ayer su propio análisis de los números de la liquidación del presupuesto municipal de 2017. Al contrario que otros, para ella la cifra para la reflexión son esos casi 44 millones en amortizaciones: 22 millones más de lo previsto en el presupuesto inicial. "Hemos hablado muchas veces de que se prima el pago de la deuda sobre los intereses de las personas, aquí se ve claramente", sentenció.

Castaño comparó el pago de la deuda con el gasto social pero también con las inversiones, que sumaron 20,7 millones con la ejecución total de las partidas de inversiones reales y transferencias de capital. Alrededor del 8,8% del total ejecutado de todo el presupuesto municipal.

Para Castaño el alto pago de la deuda lo marca todo en el análisis presupuesto de 2017. Tanto que si se quita esa partida del cómputo total en la comparativa de la evolución del gasto entre 2016 a 2017 el resultado final en el Ayuntamiento pasa de un incremento del 8,36% a una reducción del 0,91%. El gran crecimiento del gasto -más del 48%- es en la Fundación Municipal de Servicios Sociales. El eje central de esa subida es la incorporación de remanentes para dar cobertura a la polémica renta social. "No nos hemos endeudado por la renta social. Simplemente dinero que la Fundación tenía en el banco se trasladó a las personas con más necesidades. No hay derroche como dice la derecha", concretó Castaño.