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Un aperitivo de 53 millones

Los 500 millones que debe invertir Gijón al Norte en los próximos siete años suponen multiplicar por diez todo lo gastado por la sociedad desde 2002

La estación provisional de Sanz Crespo. MARCOS LEÓN

El nuevo convenio que, en forma de borrador, manejan ahora mismo Ministerio de Fomento, Principado de Asturias y Ayuntamiento de Gijón para impulsar el proyecto de integración del ferrocarril en la ciudad compromete a la sociedad Gijón al Norte a invertir unos 500 millones de euros en los próximos siete años. De ese dinero más de 316 millones irían al complejo de estación intermodal, 107 a la adecuación ferroviaria entre Juan Carlos I y Príncipe de Asturias y la cubierta sobre las vías y 66 millones a toda la urbanización de los suelos del ámbito. A otros gastos se irán otros once millones de euros.

Esos 500 millones no son moco de pavo -y eso que aquí no computan otros 313, 6 millones que debe poner Fomento para ampliar el metrotrén- pero, sobre todo, suponen multiplicar por diez todo lo hecho hasta ahora a cuenta del convenio inicial para la creación de esa sociedad que se firmó a finales del año 2002. En estos largos 15 años de vida al plan de vías se han ido unos 53 millones de euros para "actuaciones preparatorias".

¿Cuales han sido estas actuaciones? Obviamente la más llamativa es la estación de Sanz Crespo, que sigue luciendo el apelativo de "provisional", pero no es la única. A cargo de la sociedad Gijón al Norte computan 47,32 millones de gasto ejecutado de un total de 52,97 millones (IVA incluido). A la estación provisional fueron 14,37 millones, sin incluir costes operativos y financieros. El proyecto, sobre suelo de titularidad municipal, supuso construir un edificio de 2.450 metros cuadrados con servicios de ancho ibérico y ancho métrico, oficinas, comercios y equipamiento para el personal operativo y dos aparcamientos provisionales de 45 plazas cada uno.

A un segundo paquete de obras se vinculan actuaciones en La Calzada y Tremañes por una cuantía de 8,72 millones. Fue necesario acometer la adecuación de las vías existentes y la ejecución de un nuevo edificio técnico en La Calzada, así como la ejecución de una nueva vía de apartado en las áreas Tremañes y Tremañes II. También hay que computar los 6,69 millones de la demolición de las estaciones de Jovellanos y El Humedal. La operación se hizo en dos fases, una por estación, con años de distancia entre esos trabajos. Eso sí, la desaparición de las vías permitió "salvar" la barrera física que durante décadas separó la ciudad a través de la apertura de dos pasos peatonales de gran tránsito: uno a la altura de la playa de Poniente y otro que comunica Carlos Marx con Juan Carlos I a la altura de la rotonda del Padre Máximo González.

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