Lo de Germán Fernández ha sido una lucha intensa y constante: primero por sobrevivir y luego por dar pasitos hacia adelante en su recuperación. Y así ha llegado a este punto: el regreso a su casa de Gijón tras cuatro meses y medio de dura rehabitación en Barcelona. A lo que hay que añadir todas las semanas previas en el HUCA tras la agresión que le dejó en coma inducido el 14 de julio de 2017. La vuelta con los suyos se produjo el viernes y ayer lo estaba celebrando "encantado" rodeado de toda su familia.

"¡Hombre si estamos contentos! Y él está muy contento. Está encantado", asegura su madre, Yolanda Fernández, una mujer que, junto a sus hijas y otros allegados, ha sido la personificación de la perseverancia en la lucha desde el primer momento del trágico suceso: cuando Germán sufrió una noche de fiesta una brutal paliza en la zona de copas de Gijón. Un hecho que golpeó a la región y generó un gran movimiento de apoyo al joven camarero gijonés y para pedir justicia por lo sucedido. Hasta ahora ha habido varios detenidos por este caso, algunos de los cuales están en prisión preventiva a la espera de juicio.

Ayer, Germán y sus familiares comieron en "Casa Pepito", en Peón. Han degustado esa "carne poco hecha" que tanto le chifla al joven camarero. "Es que lo de comer a él le encanta. Además, su hermana sólo lo había visto una vez desde que marchamos y quiso salir a comer", cuenta Yolanda, la madre de Germán.

Ella le ha visto evolucionar día a día. "Ya se pone de pie, da pasos, habla mucho y cada vez se le entiende mejor. Va conectando con el medio. Aunque es un ansioso que se quiere meter demasiada comida en la boca...", dice Yolanda.

Ayer, Germán ya se percató de que volvía a casa en cuanto leyó el cartel de "Oviedo". Ahora ya disfruta de su casa en Gijón. Y de una "buena fartura", que así se celebran las grandes noticias.