La sidra Denominación de Origen Protegida es más cara que la "normal" pero, aún así, no llega a costar lo que debería. Eso es, al menos, lo que este fin de semana reivindicaron en el Pueblo de Asturias los lagareros que asistieron a la Primera Sidra del Año, un evento que ya se está convirtiendo en toda una tradición en Gijón para promocionar la bebida autóctona.

Los lagareros del concejo insisten en que la sidra "no es barata, sino que está regalada". "Está más cara casi el agua", apunta Juan José Tomás, cuya producción llevó hace años el sello de calidad, que sin embargo acabó dejando "porque no me gustaba el camino que llevaba".

Tras un cambio de aires con el lagarero Tino Cortina a la cabeza, en Sidra de Asturias cada vez son más. El año pasado se batieron récords de ventas, con 2,1 millones de litros -un 14% más de botellas puestas en el mercado- y en este 2018 se espera llegar a los 5 millones. Ya sólo la entrada de Trabanco supondrá 2 millones de litros más, según las previsiones que maneja la dirección general de Agroalimentación, responsable también del impulso de la etiqueta DOP. Teniendo en cuenta que por cada hectárea de pomares -si están a pleno rendimientos- salen entre 25 y 35 toneladas de manzana, Gijón, con 135 hectáreas registradas a fecha de hoy, aportará a la marca una media de 3.375 toneladas de fruto.

Nuevos horizontes

En su última reunión los lagareros asociados a la marca, que continúa creciendo, acordaron seguir la expansión de la marca. Durante la campaña de 2017 se destinaron un total de 6.926.864 kilos de manzana asturiana a la producción de sidra reconocida con denominación de origen. Los caldos asturianos serán promocionados en próximas fechas en grandes superficies y ferias nacionales y regionales de gourmets.

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