Una pareja de nacionalidad rumana, vecinos de Vizcaya, resultaron detenidos en Gijón la pasada semana cuando se disponía a manipular el cajero automático de un banco del barrio de El Llano. Se trata de un hombre de 40 años y una mujer de 27 años a quienes se les considera autores de la manipulación de más de una veintena de cajeros automáticos en Gijón y Oviedo. Al ser detenidos se les intervinieron varias hojas manuscritas en las que tenían apuntadas las direcciones de 47 entidades bancarias más en las que supuestamente tenían pensado perpetrar sus estafas.

El jefe de seguridad de una entidad bancaria alertó a la Policía Nacional de los ataques que habían sufrido en una veintena de cajeros automáticos de la región. Los responsables del delito colocaban durante pocas horas, y casi siempre por la noche, unos dispositivos artesanales en los dispensadores que impedían la salida normal del dinero, que se quedaba ahí enganchado. Esto motivaba que el cajero se bloquease y el efectivo quedase retenido. El usuario se iba pensando que la operación se había bloqueado y ahí aprovechaban los arrestados para hacerse con el dinero. Las investigación desarrollada por el Grupo de Delincuencia Económica de Gijón estrechó el cerco a los sospechosos.

Hombre y mujer lo tenían todo pensado. Solían utilizar cajeros de fachada y utilizar todo tipo de elementos de vestimenta para evitar ser reconocidos. Usaban gorros, gafas, barbas y paraguas para preservar su identidad. Pese a sus intentos se les identificó y, con la sospecha de que preparasen una actuación en Asturias durante la Semana Santa, se estableció un dispositivo especial que permitió su detención el pasado Jueves Santo mientras colocaban uno de estos cepos en un cajero del barrio de El Llano.

Daños materiales

Daños materialesUna vez detenidos se comprobó su identidad y que se habían desplazado a Gijón en un turismo en el que encontraron doce dispositivos para capturar billetes, de metacrilato, preparados para su inmediata colocación y otros seis en preparación. También había alambres doblados a modo de ganzúa, varias herramientas y sus disfraces habituales.

La cantidad lograda por los delincuentes alcanza los 1.500 euros mientras que los daños ocasionados en los cajeros son superiores a los 5.000 euros. Los dos implicados utilizaban diferentes identidades y cuentan con antecedentes por delitos contra el patrimonio. Ambos tenían una orden de averiguación de domicilio dictada por un juzgado de San Sebastián.