Investigadores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y del Hospital de Seattle, en Washington se han unido para avanzar en la búsqueda de marcadores genéticos para predecir el deterioro cognitivo en el párkinson. El nexo es el científico asturiano Ignacio Fernández Mata, que indaga en los orígenes de la enfermedad para la Universidad americana. Esta colaboración supone un paso adelante para Asturias dentro de su estudio de biomarcadores, ya que permitirá "ampliar y diversificar la muestra de pacientes". "La genética asturiana nada tiene que ver con la de Seattle. Esto nos ayudará a comprobar cómo influye en la enfermedad", avanzó ayer en el Antiguo Instituto Germán Morís de la Tassa, del servicio de Neurología del HUCA, con motivo del Día Mundial del Párkinson.

Morís lidera junto a Victoria Álvarez Martínez, del servicio de Genética Molecular, el estudio regional, en el que participan también los hospitales de Cabueñes y San Agustín. Científicos de los tres centros sanitarios llevan tres años investigando, pero de momento no hay resultados concluyentes con una muestra de 300 pacientes. El equipo acaba de solicitar otra beca nacional para continuar con la exploración y combinar los datos con el hospital de Seattle, puesto que la ayuda del Fondo de Investigación en Salud (FIS) se agota este año.

De cualquier forma, avisó Germán Morís de la Tassa, "nuestro estudio aportará un granito de arena" para avanzar en el conocimiento del desarrollo del deterioro cognitivo. "La investigación en este campo no va a grandes saltos, sino a pequeños pasos", apuntó Morís. Pero el párkinson ya supera al alzhéimer. "No hay un tratamiento curativo, pero sí variedades terapéuticas, que además están en ebullición", dijo. En concreto, el estudio consiste en la realización de un test neuropsicológico a pacientes y en la extracción de sangre para conocer las determinaciones genéticas.

En Asturias, según aportó Julio Bruno Bárcena, de la dirección general de Salud Pública del Principado, hay al año 480 nuevos casos. La prevalencia estimada por parte del Gobierno es de 4.333 casos activos. Bárcena hizo un repaso por las estadísticas y señaló que en los últimos veinte años se contabilizaron 956 altas por ingresos de párkinson. Esta cifra es relativamente baja, ya que, como puntualizó Bárcena, la mayoría de las hospitalizaciones no se producen directamente por el párkinson sino por complicaciones relacionadas con la enfermedad: infecciones respiratorias, insuficiencia cardiaca, neumonías, fracturas de cadera... En cuanto al perfil de los pacientes, predominan los mayores de 60 años. De hecho en dos décadas sólo se registraron 17 personas por debajo de los 30 años.