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GONZALO ACEBAL | Jefe de servicio de Traumatología de Cabueñes, recién jubilado

"Creo que ni con más médicos ni con más horas de citas se llegará a esperas razonables"

"La opinión del facultativo vale menos que hace años, ahora priman las pruebas diagnósticas y el doctor Google"

Gonzalo Acebal, en su consulta privada. ARTURO FERNÁNDEZ

Hace poco más de una semana que al traumatólogo gijonés Gonzalo Acebal Cortina, jefe del servicio de Cabueñes en los últimos cinco años, le llegó la jubilación de la sanidad pública con 65 años cumplidos. Y ya afirma echar de menos el ambiente del equipo que dejó, "que es envidiable", y el estrés del quirófano. Matará el gusanillo con la práctica privada -que ejerce desde 1982- y en la que se hará fuerte "mientras mi cabeza y manos estén bien para seguir". Porque a pesar de dedicarse a una especialidad que, tal como quedó constatado esta semana en el debate parlamentario asturiano, está sufriendo niveles de saturación altísimas, el doctor Acebal se ha ido sin muchas ganas, disfrutando de su trabajo y ratificándose en que "no hay mejor profesión en el mundo", como se le ha oído decir alguna vez.

Acebal Cortina, nacido en Ceares y criado en El Coto, sin ningún antecedente médico en una familia de padre albañil y madre modista, lleva casi 40 años de servicio a la sanidad asturiana. Acabó la carrera con prisa por trabajar -a los tres días de tener el título empezó en una clínica de León- pero sin tener claro, mientras preparaba el MIR, a qué dedicarse. Fue cuando conoció al doctor López Porrúa, jefe de Traumatología en la Residencia Covadonga cuando dijo "aquí me quedo para siempre". Aprobó oposiciones, pasó por Langreo y llegó a Cabueñes en 1987.

- ¿Cómo le va jubilado?

-Bueeeno... lo llevo.

- La primera vez que operó pensó que no tenía "manos" para ello. ¿Cuándo resolvió la duda y qué balance hace?

-En prácticas de medicina me ponía nervioso y pensaba que nunca podría ser cirujano. El periodo de trabajo en León me vino genial porque en seis meses allí ayudé a operar de todas la especialidades. Me dio la seguridad necesaria en este oficio para decirme eso de? tú puedes. Es difícil juzgarse a uno mismo, así que no lo haré. Pero sí que recuerdo que una vez un cirujano americano me dijo "si eres capaz de operar columna vertebral el resto te parecerá fácil". No es exactamente así, pero me introduje en ese mundo vertebral y hasta hoy.

- ¿Cuánta pericia le debe a las nociones de costura que le dio su madre?

-La ayudaba cuando acababa los deberes (patroneo con carboncillo, pespuntes, etc). Me reñía porque no usaba dedal y sigo sin usarlo... en quirófano.

- Si volviera a nacer ¿volvería a dedicarse a la medicina? ¿Cambiaría de especialidad?

-Sin duda. Fue una vocación que empezó tardía y sigue a día de hoy. En mi familia no había referentes universitarios. Sería traumatólogo otra vez teniendo en cuenta que algún día soñé con ser arquitecto y la trauma se asemeja un poco.

- Están de actualidad las consultas y su saturación. ¿Le ha llegado a agobiar esa presión asistencial?

-Todo médico se ha sentido agobiado por esa presión. Es un agobio físico y sobre todo mental.

- ¿Le ve solución?

-A corto plazo no. La demanda ha crecido de manera exponencial y estamos en una espiral de difícil control puesto que las exigencias por parte de la sociedad han cambiado. La opinión del médico vale menos que hace años. Ahora priman las pruebas diagnósticas, la tecnología, el doctor Google... Entiendo que todos esos medios nos ayudan mucho a afinar los diagnósticos pero al final la experiencia del médico es básica para interpretar y como diría mi madre "hila lo que cuentan con lo que ves y toma decisiones". Evidentemente se necesitan más consultas y probablemente más médicos pero implicaría más horas de trabajo y dinero. Y aún con esas, creo no llegaríamos a esperas razonables.

- ¿Cuánto hay de cierto en que a los "traumas" les gusta operar, pero poco ver a los pacientes en consulta?

-Tiene algo de cierto. Mi mujer decía: "os gustan mucho los pacientes pero 'dormidinos'", o sea anestesiados. A los cirujanos nos encanta el quirófano pero a mí en particular me gusta mucho el contacto de la gente, el escudriñar buscando un diagnóstico.

- Un sistema público que opera mucho pero rehabilita menos, ¿es eficaz?

-Por supuesto que no, pero todo forma parte de un sistema agobiado y los rehabilitadores y fisioterapeutas hacen bien su trabajo pero llegan hasta donde llegan.

- Una época del año y un deporte que sea temible para un traumatólogo asturiano?

-Ahora ya no las hay porque hay deportes en todas la estaciones. La popularidad de la bicicleta, tan saludable en otros aspectos, nos da guerra con el buen tiempo, pero es una añadido asumible.

- ¿Se nota el cambio de la sociedad asturiana en los huesos, los accidentes, las dolencias o las cirugías que se practican?

-Es una sociedad progresivamente envejecida y eso supone pacientes frágiles lo cual conlleva más demanda de asistencia. Hace 30 años era imposible ver un parte de quirófano semanal con 10-15 fracturas de cadera con una media de edad de 85-90 años. La calidad asistencial en Primaria permite a la gente mayor ser más activa y claro, aumenta la supervivencia y la patología. Es un hecho igual en todos los países con medios económicos. Y los avances en cirugía, anestesia y cuidados post nos permiten hacer cirugías que antes eran impensables. El tema es medir bien la indicación, sin presiones.

- ¿El mejor "ayudante" natural que puede tener un traumatólogo gijonés es la playa de San Lorenzo?

-Caminar es cardiosaludable y está demostrado. No creo que sea mejor la playa que una caleya. El problema no es el sitio, y ojo yo soy muy playu, sino escuchar tu cuerpo y adaptarlo a un deporte usando una buena dosis de sentido común.

- ¿Lleva alguna prótesis?

-No, pero supongo todo se andará.

- ¿Alguien que llegue a los 80 años sin una o dos prótesis será digno de un reportaje?

-Una cosa es implantar una prótesis por una fractura y otra por un proceso de artrosis. Se vaticina que si todos viviéramos 90 años uno de cada dos se rompería la cadera...

- ¿En qué subespecialidad debería formarse un traumatólogo que empezara mañana, en recambios de prótesis?

-La necesidad de especializarse en recambios de prótesis será básica pero pasa necesariamente por dominar bien la técnica de implantar la primera prótesis. Nunca serás buen cirujano de revisiones si no controlas las prótesis primarias. La cirugía vertebral tiene una gran demanda en todo el mundo. Por tanto una vez acabado el MIR es un buen camino. Problema: lleva tiempo dominarla y hay que ser muy fuerte para asumir una complicación si ocurre.

- Lo que menos le guste operar.

-Las fracturas de pelvis porque son muy complejas y nunca obtuve el entrenamiento necesario para controlarlas. Afortunadamente, en nuestro hospital hay compañeros que las bordan.

- ¿La que más?

-Quizá las escoliosis de niños; me han hecho sufrir tanto...

- Ya que lo suyo es la columna... ¿Una clave para ayudar a la espina dorsal a aguantar en las mejores condiciones el mayor tiempo posible?

-La pobre columna tiene tres funciones: estática y nos ayuda a mantenerlos de pie; dinámica y nos facilita movilidad; y protectora del sistema nervioso evitando lesiones paralizantes, excepto cuando el traumatismo es de gran violencia. Si estamos delgados ayudamos a la estática, si hacemos un poco de deporte ayudamos a la dinámica y si somos prudentes evitaremos tragedias neurológicas. Pero no hay que olvidar que la columna tiene los mismos años que el carnet y, claro, le salen arrugas.

- ¿Le habría gustado operar en los quirófanos del Cabueñes del futuro?

-Lo importante es que la obra se haga pues es imprescindible. Un quirófano mas guapo o menos no me importa mucho. He operado en los nuevos del HUCA y no sentí nada especial.

- Un traumatólogo con muchas horas de formación ¿está para jubilarse a los 65 años, o es una pérdida de capital?

-Quiero mucho a mi hospital. Allí nació uno de mis hijos y murió mi gente. Podré no estar de acuerdo con algunas políticas sanitarias pero nunca diré una fea palabra de la institución. Las leyes de nuestra comunidad son como son y regular las jubilaciones está en manos de nuestros políticos. Yo soy, fui, un trabajador más y no tengo porque tener ningún privilegio.

- ¿Como deja el servicio de Trauma de Cabueñes?

-Profesionalmente sin tacha. Están en un momento de cambios por la incorporación de cirujanos tras la última OPE y pendientes de la convocatoria de mi plaza, pero la comunidad de pacientes puede estar tranquila. La calidad ya está muy asentada.

- ¿Qué les desea de futuro?

-Mi primer jefe el Dr. López Porrúa decía: "pasan uds. aquí en el hospital más horas que con sus parejas por lo tanto llévense bien". Un equipo cohesionado, sin rencillas internas y sin envidias es clave y se consiguió. El resto es estudiar y trabajar.

- Yoga, pilates, running, ciclismo o caminar por la montaña. ¿Qué recomendaría?

-Esencial mantener un peso correcto. Las articulaciones y la columna lo agradecerán. Practicar un deporte siempre aeróbico con esfuerzos controlados y con reconocimiento médico previo. A mi me gusta el running pero con estas canas troto más que corro pero me divierte y nunca me he lesionado porque nunca he intentado superar mis límites. Haz lo que te guste pero aeróbico y escuchando a tu cuerpo

- ¿De que se alimenta, mentalmente, un cirujano tras 40 años?

-De mis fracasos. Errores involuntarios o no haber podido hacer lo planeado me cabrea mogollón y hace que al día siguiente quiera hacerlo mejor.

- ¿Le molesta algo de su profesión?

-Me disgusta la publicidad en medicina. Crea falsas expectativas. Para mi la medicina es, silencio, estudio, trabajo y mariposas en el estómago la noche anterior a una cirugía.

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