Los clubes deben implicarse y comprometerse con medidas concretas en la lucha contra los violentos que tratan de colonizar aspectos de la vida futbolística, como si la defensa airada de sus colores fuera la única y genuina manera de apoyar a un equipo. El debate está muy vivo y abierto en Gijón, sobre todo tras la detención de cinco personas vinculadas a Ultra Boys por el ataque sufrido en un bar de Cimavilla donde se celebraba una fiesta del Ceares. El director general de Deportes, José Manuel Tuero, dejó ayer clara la posición del Gobierno asturiano: "El Sporting tiene que hacer algo más con los ultras".

La Administración regional quiere endurecer mucho más la legislación para evitar la proliferación de los hinchas violentos.Y para que su comportamiento antisocial, peligroso, no salga gratis a quienes defienden o practican la violencia y tampoco a quienes la amparan. Tuero anunció, en este sentido, que el anteproyecto de la ley de Actividad Física y Deporte del Principado de Asturias, de inminente tramitación y cuya aprobación debería estar resuelta, según su calendario, antes de las próximas elecciones autonómicas, prevé sanciones que pueden llegar, en los casos muy graves, a los 60.000 euros. Multas que incluyen la revocación de la autorización o licencia y la clausura definitiva de las instalaciones.

Las manifestaciones de Tuero, que fue concejal de Deportes de Gijón en el último mandato de la socialista Paz Fernández Felgueroso, se producen en un contexto de preocupación por sucesos vinculados al mundo del fútbol. El actual edil gijonés del ramo, el forista Jesús Martínez Salvador, ha dicho que las medidas contra los ultras en El Molinón son responsabilidad del Sporting, según publicó ayer este periódico. La Federación de Vecinos y otras entidades sociales se han constituido en un "observatorio" contra la violencia. Les mueve un objetivo: poner fin en la ciudad a cualquier atisbo de barbarie relacionada con el fútbol o el deporte.

Tuero hizo resaltar ayer que el mencionado anteproyecto plantea la creación de un comité asturiano de disciplina deportiva, un ente de amplia representación al que se le encomendará, entre otras atribuciones, la del seguimiento y sanción de las conductas violentas.

"El camino es echar a los ultras de los campos asturianos" señaló Tuero, antes de recordar que algunos clubes hacen una importante labor preventiva y educativa para reconducir las conductas de sus hinchas violentos. "La (futura) ley recoge medidas sancionadoras contra quienes no tomen medidas para atajar los comportamientos violentos", añadió.

El anteproyecto de ley al que se refiere el director de Deportes incluye, asimismo, la creación de dos comisiones específicas para analizar, por un lado, todos los problemas relacionados con la violencia en el deporte, y por otro la creciente y necesaria incorporación de la mujer a la vida deportiva.

Tuero admitió ayer que la tramitación de la ley que sustituirá a la actual, aprobada en 1994, lleva un retraso imputable a la presentación por parte del PP de otra iniciativa legislativa que no prosperó. "Confío en que la tramitación de esta propuesta vaya rápido y se apruebe su contenido, incluso endureciéndose si es preciso", dijo.