Amplio respaldo de los socios del Real Grupo de Cultura Covadonga a la subida de cuotas planteada por Antonio Corripio para paliar la pérdida de ingresos tras el veto a nuevas entradas. La asamblea aprobó ayer con el 77% de los votos los presupuestos para este año, dando también su apoyo a un incremento "moderado y necesario" de las tarifas mensuales, que van desde los 45 céntimos -en el caso del hijo infantil- hasta los 1,69 euros -para el adulto-. Corripio también obtuvo el sí del 69,3% de los asistentes a la memoria de actividades y cuentas de 2017, aunque el debate previo a la votación no hacía esperar un resultado tan positivo. Los críticos salieron al atril del recinto ferial Luis Adaro para tachar de "mentiroso" al presidente del club. Hubo momentos tensos, en la mayoría de los casos relacionados con la polémica compra de la finca "La Torriente" y el pago del IVA.

Ya en su discurso inaugural, Antonio Corripio se refirió a los terrenos anexos a la entidad, que suman 9.466 metros cuadrados. "A día de hoy la finca figura en el registro de la propiedad y en el catastro a nombre del Real Grupo de Cultura Covadonga habiéndose abonado el precio acordado y los impuestos correspondientes", aseguró el presidente. A lo que añadió: "La operación está totalmente culminada y liquidada, por lo que es intención de la junta directiva que yo presido la de trasladar tranquilidad a la masa social y evitar caer en el terreno de la especulación". También el asesor jurídico del Grupo, Miguel Ron, aclaró que el IVA de la Torriente "está pagado" e incluido en el acuerdo de compra de 1,3 millones de euros.

Pero todas esas afirmaciones resultaron inútiles para silenciar a los críticos. "Habrá demanda de la empresa vendedora por no pagar el impuesto, que supondrá al club 283.500 euros más", dijo uno de los socios. "¿Se compromete usted a dimitir si hay que pagar finalmente el 21% de IVA?", planteó otro, agitando al público. Hubo aplausos a sus palabras. Pero al final el sí se impuso al no. Un total de 290 socios apoyaron la gestión del año pasado de Corripio frente a 124 que levantaron la papeleta roja y 4 abstenciones. Según expuso el tesorero, Joaquín Miranda, el ejercicio pasado cerró con un beneficio de 118.000 euros, pese a reducirse la principal fuente de ingresos del club: la entrada de nuevos socios. El año pasado sólo ingresaron 183 correspondientes a hijos y cónyuges, que sitúan la cifra global en 38.967. "Quien pretenda que tengamos ingresos extraordinarios y ordinarios similares a los que había cuando entraban 200 o 300 socios nuevos cada año o está confundido o se autoengaña", manifestó Corripio.

La junta directiva del Grupo también logró, según repasó el tesorero de la mano de una presentación de powerpoint, aumentar un 6,7% los beneficios procedentes de los cursillos y elevar el ingreso de patrocinios a 147.782 euros. Asimismo, "se redujo la deuda (5,29 millones), la menor de los últimos cuatro años, pese a la compra de 'La Torriente'", enfatizó Joaquín Miranda. En el terreno deportivo, el Grupo finalizó 2017 con récord absoluto de cursillistas: 7.102. "Creemos haber cumplido con buena parte de nuestras propuestas y en algunos asuntos hemos ido más allá de lo previsto", resumió Corripio.

En el turno de palabra de los asociados también salió al ruedo otro tema que calentó la sala. El certificado de calidad ISO 9001. A la pregunta de una socia, la directiva grupista anunció que tal certificado "está en suspensión voluntaria" y que tampoco hay interés de renovarlo. "Pensamos que hay otros sellos más acordes a nuestra entidad. El que teníamos hasta ahora nos costaba 15.000 euros al año por mantenerlo y encima el conocimiento se quedaba fuera, ya que pagábamos esa cantidad a la Fundación Universidad de Oviedo", detalló Antonio Corripio.

En el debate también salió el tema de la denuncia anónima que llevó a la Confederación Hidrográfica a reclamar al Grupo que acreditase la legalidad de la obra de la cubierta de las pistas de tenis. El asesor jurídico Miguel Ron señaló que sólo se trata de un "procedimiento informativo" y que la instalación cuenta "con licencia municipal y el respaldo de los técnicos". Hubo más polémicas, que agotaron durante más de tres horas la paciencia de la junta directiva. Las críticas llegaron hasta el logo del 80 aniversario del club: "¿Lleva o no corona el logo? ¿Y la "r" de Real por qué se elimina?" Pero también hubo intervenciones que alabaron la gestión de Corripio. En concreto, de trabajadores que pasaron de ser colaboradores a personal contratado -la semana pasada firmó con el comité de prensa el primer convenio colectivo propio- y monitores que agradecieron su apuesta por la integración y la eliminación de barreras arquitectónicas.

El siguiente punto del orden día, correspondiente a la aprobación del presupuesto de este año, se esperaba también largo, sin embargo se resolvió con rapidez. El tesorero Joaquín Miranda adelantó que en las cuentas, de 11,37 millones, no se contemplan "ninguna gran obra", sino que las inversiones se destinarán a "aumentar el valor de nuestra instalaciones actuales". En concreto, se reservan 259.722 euros para ocho actuaciones, entre ellas la implantación de una nueva web y aplicación móvil. El objetivo de la junta directiva es seguir aumentando el número de cursillistas para llegar al ingreso de 2,2 millones, así como de patrocinadores hasta alcanzar los 150.000 euros. Gracias al apoyo de 275 socios -81 votaron en contra y uno se abstuvo-, Corripio no tendrá que pasar por una segunda asamblea, como sucedió el año pasado tras tumbar los críticos sus cuentas.