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Catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), presenta hoy su libro "Dietética digital. Para adelgazar al Gran Hermano"

Víctor Sampedro Blanco: "Las redes sociales quieren que estemos todo el tiempo produciendo datos para ellas"

"El 'asunto Cifuentes' es un caso extremo de una dinámica por la cual la casta política ha ido construyendo instituciones para un retiro dorado"

Víctor Sampedro. ÁNGEL GONZÁLEZ

Víctor Sampedro Blanco (Viveiro, Lugo, 1966) es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra y doctor por la Complutense de Madrid. Tiene publicados cinco libros en solitario y diez con otros autores. Invitado por la Sociedad Cultural Gijonesa hoy presentará su última obra, que lleva por título "Dietética digital. Para adelgazar al Gran Hermano", a las 19.00 horas, en la Biblioteca Pública Jovellanos (calle de Jovellanos, número 23). Víctor Sampedro es catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

- ¿El "caso Cifuentes" puede dañar gravemente el prestigio de la Universidad Rey Juan Carlos?

-El comportamiento de unos pocos obviamente afecta a la imagen de la Universidad y a la valoración que la ciudadanía puede tener de la Universidad Rey Juan Carlos. Pero creo que son muchos los profesores, los títulos académicos y los estudiantes que realizan un trabajo encomiable y que, en algunos casos, están liderando áreas de conocimiento y de investigación.

- ¿Y como experto en comunicación política que conclusión saca del enroque de la presidenta del Gobierno de la Comunidad de Madrid?

-Lo que creo es que el "asunto Cifuentes" es un caso extremo de lo que ocurre, de una dinámica por la cual la casta política, por emplear una expresión ahora desfasada pero que cobra sentido de nuevo, ha ido construyendo instituciones que les permitiesen un retiro dorado, unas canonjías que sirviesen de pago a los servicios prestados. Han drenado el dinero público y el de los fondos de la Unión Europea para conseguir acomodo y lograr unas acreditaciones académicas que les pagamos el resto de los ciudadanos y que ellos rentabilizan con currículums falsos. Es una degradación de lo que significa el cargo político, de las instituciones educativas y un cáncer democrático, pero también es cierto que casos como el que nos ocupa pueden significar un punto de no retorno, de que en la situación actual, por hablar de la carta de la señora Cifuentes de ayer (por el pasado lunes), la estrategia de estos personajes una vez que son descubiertos es ensuciar el nombre de la institución. Por desgracia para ella y por fortuna para nosotros ella no puede renunciar al título, y el título que se le ha concedido en lugar de ser de un máster es en corrupción política y de ese título no se va a librar.

- ¿Hubo una total impunidad a la hora de hinchar currículums, falsos títulos, etcétera?

-Todos los trámites académicos dejan una constancia documental y tienen que pasar por unos cuerpos colegiados y unos tribunales académicos que tienen que levantar acta. Lo más curioso del "caso Cifuentes" es que se permitiera a esta persona seguir dando falsas explicaciones, justificaciones inventadas y pruebas documentales amañadas cuando a esta persona, como a cualquier otros titulado universitario, lo que le hay que pedir es el trabajo. En mi opinión hubo un fallo en nuestro periodismo y en nuestra clase política. A Cifuentes no se le debió de haber permitido empuñar el micrófono ni subir al estrado hasta que enseñara un trabajo final de máster que nunca hizo.

- Vayamos a su libro. Nunca hasta ahora hubo tantas plataformas para que el público estuviera informado, pero ¿a más plataformas de comunicación el público está menos informado?

-La cuestión es que no son plataformas de información, las redes sociales ni son redes sociales y mucho menos medios sociales. Las redes sociales son plataformas de captación de datos muy específicos con los cuales se construyen perfiles de futuros consumidores o futuros votantes. Por lo tanto, estas plataformas no están interesadas ni en que nos conectemos más y mejor ni siquiera en que nos informemos y estemos al tanto de lo que ocurre o de los debates que mantiene la sociedad, lo que quieren es que estemos todo el tiempo produciendo datos para ellas. Con lo cual sus algoritmos lo que hacen es priorizar los peores contenidos, los que más llamen la atención, los que más interaccionen entre los usuarios.

- ¿El escándalo de la filtración de Facebook y la comparecencia de su creador, Mark Zuckerberg, en el Congreso de los Estados Unidos, van en ese sentido?

-El "caso de Cambridge Analytica" lo que demuestra es que Facebook sirvió para tres cosas de una importancia suma en una democracia: la ingerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales de los Estados Unidos, la campaña de Trump de un marketing on line muy agresivo y que desmotivó a votantes de Clinton en vez de convencer a nuevos seguidores y permitió a Trump ganar las elecciones con tres millones de votos menos y pervirtió el debate electoral con noticias falsas. Claro, esto mina lo que es la soberanía popular y la legitimidad de unas elecciones. Que la respuesta del señor Mark Zuckerberg fuera pedir perdón y mostrar arrepentimiento la comparo con el comportamiento de un adolescente que reconoce sus graves faltas, pero luego, a pesar de haber afrontado diez horas de careo con los senadores, fue incapaz, igual que cualquier otro adolescente, a comprometerse a tomar medidas concretas para cambiar su conducta y el funcionamiento de su plataforma. Me da la impresión de que él y su equipo jurídico jugaron todo el tiempo con el desconocimiento tecnológico que existe en la sociedad, en general, y también en nuestros representantes políticos. El carácter cerrado de una empresa privada con tanta influencia y que, sin embargo, nunca rinde cuentas ante nadie, y algo muy importante, el señor Zuckerberg conoce la actividad de los senadores de los Estados Unidos muchísimo mejor que lo que ellos conocerán el funcionamiento de su empresa. Hubo un momento muy destacado de su intervención, cuando fue interpelado por un senador que le dijo si podía compartir en público dónde había dormido, el hotel en el que había dormido y los contactos por e-mail que había mantenido esa mañana. Él, obviamente, dijo que no estaba dispuesto a desvelarlo. Me parece muy indicativo de la desigualdad que existe de transparencia con respecto a los amos de la comunicación digital, de las grandes corporaciones digitales, que son las más capitalizadas en bolsa, y la capacidad de los poderes públicos y no digamos de la ciudadanía para que rindan cuentas de cómo están gestionando una información tan valiosa y con un carácter estratégico tan importante. No olvidemos que estas plataformas no solamente recogen datos, también hacen experimentos con los usuarios enviándoles aquellos mensajes que van a circular mejor luego por sus canales sociales. Es decir, estas empresas lo que hacen es privatizar la opinión pública, gestionarla y manipularla para conseguir efectos deseados.

- Y luego está la "nube"...

-Lo más importante es que lo hacen con la colaboración expresa de todos nosotros. No podemos olvidar un rasgo de la tecnología digital: todo lo que hacemos con un ordenador o con cualquier dispositivo digital queda registrado.

- Y también empieza a existir preocupación en algunos parlamentos por las noticias falsas que circulan por internet...

-Las noticias falsas siempre han ocurrido y en los medios tradicionales. Recordemos las armas de destrucción masiva de Irak, la Guerra del Golfo, las responsabilidades sobre la crisis económica, etcétera. Yo prefiero el término seudocracia, es decir, seudo que significa mentira en griego y cracia que significa poder. Nosotros debemos ser muy conscientes de que estamos sosteniendo un régimen de mentira y Trump es el mejor ejemplo.

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