Todo comenzó porque un joven llevaba una bandera de España en su vestimenta y al ahora condenado, de 28 años y relacionado con grupos radicales de izquierda, le pareció motivo suficiente para increparle a él y a sus amigos. Al punto de emprenderla a puñetazos con uno de ellos y que ha servido para que sea condenado por un delito leve de lesiones al pago de más de quinientos euros entre multa e indemnizaciones.

Los hechos juzgados ocurrieron en la zona de ocio nocturno próxima al Puerto Deportivo en la madrugada del pasado 15 de junio de 2017, sobre las dos de la madrugada. Allí se encontraba un grupo de amigos cuando fueron increpados por otros jóvenes. Según el atestado policial, aunque no lo refleja la sentencia, le empezaron a llamar "facha de mierda" además de increpar al que vestía un polo con la bandera nacional. Acto seguido, el procesado -vecino de Navia y que responde a las iniciales B. L. P.- empezó a propinarle puñetazos a uno de los amigos del que vestía la bandera de España. Esa agresión provocó en el agredido una lesiones por las que tardó en curar siete días.

Hasta el lugar del suceso se dirigieron varias patrullas de la Policía que, tras hablar con el grupo agredido y escuchar de su propia voz una descripción del atacante, comenzaron a buscarle por la zona. Le encontraron en un bar de las proximidades y tras identificar a la totalidad de su grupo se pudo detener al responsable de la agresión, que acabó declarando por estos hechos ante el juez.

Víctima y agresor mostraron dos versiones completamente opuestas pero la magistrada de instrucción consideró que "ofrece más credibilidad la versión aportada por el denunciante, el cual de forma coherente con los hechos que aparecen relatados en el atestado" identificó como su agresor al procesado, presente en la sala en el momento de su declaración.

El relato de la víctima, reza la sentencia, "aparece corroborado por la asistencia médica prestadas ese día y por un informe forense que en ambos casos reflejan unas lesiones compatibles con la agresión denuncia". En cambio, el ya condenado, "sin negar su presencia en el lugar y su identificación inmediatamente después de producirse los hechos", alegó que no se produjo tal agresión y que su identificación como supuesto responsable estuvo motivada por "un error al haber más personas con tatuajes". Finalmente, el fallo le impone una multa de 240 euros y el pago, en concepto de responsabilidad civil, de 280 euros a su víctima y de 56,98 euros al SespaObservatorio contra la violencia

En Gijón, recientemente se ha constituido un observatorio contra la violencia, impulsado por la sociedad civil y al amparo del Ayuntamiento de la ciudad, para tratar de poner fin a estos episodios protagonizados por grupos violentos que ocurren en Gijón, fundamentalmente en zonas de ocio nocturno.